4 actividades para la educación medioambiental en colegios
Las actividades para la educación medioambiental en colegios buscan promover nuevos conocimientos, valores y prácticas que generen una conciencia ecológica, para que así las nuevas generaciones muestren un mayor interés en cuidar el entorno y convivir armónicamente con la naturaleza. De este modo, puede que en un futuro sean capaces de encontrar soluciones para los problemas medioambientales actuales o para prevenir problemas futuros.
Beneficios de las actividades de educación medioambiental
Los alumnos obtienen muchos beneficios de la educación ambiental, más allá de aprender acerca del medio que los rodea:
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Adquieren conocimientos sobre el mundo, la naturaleza y la biodiversidad, que pueden aplicar a otras materias escolares o en el día a día.
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Aprenden más sobre la complejidad del mundo y las consecuencias de las acciones.
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Obtienen información que los ayudará a tomar mejores decisiones, sopesando las aristas de la problemática y desarrollando un pensamiento crítico.
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Se conciencian sobre el medioambiente y los desafíos ambientales.
Educación medioambiental: ejemplos de acciones
La mejor forma de hacer llegar el aprendizaje sobre el medioambiente es de una forma transversal, promoviendo una nueva relación con el entorno en el día a día. Por ejemplo, separando los residuos, reutilizando materiales para actividades creativas, reutilizando papel y reduciendo su uso, enseñando a dejar el grifo abierto el mínimo tiempo posible, a apagar las luces cuando no se necesitan, o explicando de dónde se obtiene la energía.
Sin embargo, este aprendizaje transversal puede reforzarse con otras acciones para la educación ambiental que permiten un conocimiento más profundo y, en ocasiones, empírico, del mundo. A continuación, te damos algunas ideas para poner en práctica en la escuela.
1. Huerto escolar
Un huerto ecológico escolar sirve para mucho más que para cultivar frutas, verduras y hortalizas. Es una herramienta muy completa de educación ambiental y social:
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Conciencia sobre el cuidado del medioambiente y sobre la fragilidad de la naturaleza.
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Potencia el trabajo colaborativo.
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Muestra el valor del esfuerzo, la constancia y la paciencia.
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Aporta valor a los vegetales y plantas, ayudando a conectar con la naturaleza.
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Fomenta la alimentación saludable.
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2. Iniciativas de compostaje
Las iniciativas de compostaje tienen varios beneficios:
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Enseñan a los alumnos la importancia de separar los residuos.
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Conciencian sobre el problema de la generación de residuos y de su gestión.
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Ayudan a aprender de forma didáctica el ciclo de la materia orgánica.
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Además, la compostera es un complemento perfecto para el huerto escolar, ya que producirá abono orgánico y ecológico para que los vegetales crezcan fuertes y sanos, cerrando así el ciclo de la materia.
3. Jardines sensoriales
Los jardines sensoriales están pensados para estimular los sentidos de los más pequeños a través del juego, la vivencia, la curiosidad y la observación de la naturaleza. También sirven para aprender de primera mano sobre las plantas, la vegetación y sobre los animales e insectos que naturalmente los habitan.
Un jardín sensorial es un proyecto similar a un huerto escolar, por lo que comparte muchos de sus beneficios, pero se diferencia en que está especialmente pensado y diseñado para estimular los cinco sentidos: oído, vista, tacto, olfato y gusto.
4. Cubiertas verdes
Una cubierta verde surge al ajardinar o cubrir de vegetación el tejado, cubierta, azotea o techo de un edificio. En ocasiones, puede tratarse de un espacio transitable, por lo que puede servir de lugar de encuentro y relajación. En todo caso, aporta muchos beneficios medioambientales, como:
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Reduce la temperatura interior del edificio en verano y la mantiene en invierno.
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Absorbe CO₂ y ayuda a filtrar polvo y otras partículas del aire.
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Puede incorporar placas solares, pasando a ser una cubierta biosolar.
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Ahorra agua y reduce su escorrentía.
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Aísla del ruido, creando entornos más agradables
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Da una nueva vida a un espacio desaprovechado.
FUNDACIÓN JUAN XXIII, un aliado para la educación ambiental
En FUNDACIÓN JUAN XXIII acompañamos a los colegios en el diseño e implementación del plan escolar de sostenibilidad y agenda 2030, con una perspectiva integral del aprendizaje de inteligencias múltiples, trabajo en equipo, resiliencia, compromiso e innovación.
Podemos diseñar e implementar soluciones verdes, como cubiertas verdes, jardines sensoriales o huertos ecológicos para colegios, entrenando a profesores y alumnos para que aprendan a mantener los espacios por ellos mismos.
Además, hemos puesto en marcha “The Inclusive Circular Lab”, en colaboración con la empresa Deloitte y con la participación de Composta en Red. Esta iniciativa se compone de proyectos de investigación y compostaje de residuos orgánicos, a través de un equipo liderado por trabajadores con discapacidad (por lo que también se fomenta la inclusión). Está abierto a la participación de todas las entidades educativas de todos los niveles escolares, desde la más temprana edad, hasta la formación profesional y superior.
Si te interesa participar en este proyecto, o en cualquiera de las otras actividades para la educación ambiental que detallamos, te animamos a que te pongas en contacto con nosotros.