El autobús, que partió de Madrid el pasado 23 de marzo cargado de alimentos, agua y otros recursos para proporcionar apoyos a las personas que están huyendo de la guerra de Ucrania, regresó a España 5 días después procedente de Polonia con más de 80 refugiados ucranianos, de los cuales 36 son menores de edad.
El vehículo recogió a todas estas personas en las ciudades de Korczowa, Przemysl y Cracovia, al sureste de Polonia. No obstante, había gente de todos los puntos de Ucrania como Jarkov, Kiev, Leópolis y otras pequeñas poblaciones, incluso también del Donbás.
La necesaria iniciativa de apoyo fue puesta en marcha por el AMPA del colegio Santísimo Sacramento de Madrid junto con el apoyo de FUNDACIÓN JUAN XXIII, entidad que lleva más de 55 años trabajando para la inclusión social y laboral de personas con discapacidad intelectual. Por su parte, la Fundación ha donado 6.000€ para la compra de recursos, a los cuales se les ha sumado la colaboración desinteresada de muchos particulares que también han aportado comida, bebida o material sanitario, entre otros. Por ejemplo, muchas familias del AMPA del colegio realizaron pulseras de hilo con los colores de la bandera de Ucrania, y la venta de las mismas también ha aportado parte de la financiación del viaje.
Tal y como relata Carlos Calderón, uno de los padres del AMPA del colegio Santísimo Sacramento precursor de esta iniciativa, que ha prestado apoyo durante todo el viaje, “al llegar a España, en los sitios donde parábamos a comer o a ir al baño, la gente también colaboraba como podía. Nos regalaban cajas de galletas, mascarillas, realizaban descuentos en el importe de las comidas… y todo lo que les era posible”.
Al llegar a Madrid, además, una persona ucraniana de la ONG Rescate ayudó en las traducciones en la recepción de los refugiados en el Hospital Zendal. En este momento, todas las personas ya tienen casa de acogida, al menos provisional, gracias a familiares, amigos y otras personas desinteresadas que han proporcionado todo tipo de ayuda. Además de en Madrid, han sido alojadas en Teruel, Lérida, Barcelona, Valencia, Algeciras, Málaga o Lugo, entre otros puntos de la península.
En definitiva, ha sido la colaboración de varias entidades y de diversos particulares la que ha hecho posible este viaje de esperanza para más de 80 personas que han llegado a España en busca de refugio.
Por su parte, Miguel Ángel Castejón, otro de los padres del AMPA del colegio Santísimo Sacramento precursor de la iniciativa y que ha estado presente a lo largo de todo el recorrido del autobús, ha querido recalcar que “gracias a la puesta en marcha de este autobús, estas familias ucranianas podrán encontrar el acompañamiento necesario para emprender una nueva vida”.
En palabras de Javier Arroyo, Director de FUNDACIÓN JUAN XXIII, “no podíamos permanecer ajenos a esta situación de injusticia social en la que tantas personas se están viendo abocadas a una completa vulnerabilidad. Por ello, hemos querido poner así nuestro granito de arena para dar una nueva oportunidad a todos aquellos que puedan viajar en este autobús en el trayecto de regreso”.
“Deseamos, como no podría ser de otra manera, que este conflicto acabe cuanto antes y vuelvan a asegurarse los derechos de TODAS las personas en Europa. Igualmente, hasta entonces, animamos a la gente a seguir colaborando en las acciones que, como esta, ayuden al menos a dar esperanza a estas personas” ha destacado Arroyo.
A esta iniciativa se han sumado varias empresas como Assembly Montajes, empresa encargada de la serigrafía del bus que partió hacia Ucrania, además del grupo humano de personas formado por enfermeras, padres, profesores y alumnos del colegio Santísimo Sacramento de Madrid.