El pasado miércoles 29 de marzo, hemos recibido en la Fundación Juan XXIII Roncalli a 40 familiares de las personas con discapacidad intelectual atendidas por nuestra entidad, que participaron en una Merienda Ecológica Informativa sobre cómo podemos sacar mejor provecho de la alimentación para garantizar una mejor salud y calidad de vida para las personas con discapacidad intelectual. Una acción que fue realizada en el marco del Programa de Hábitos Saludables Dirigido a Personas con Discapacidad Intelectual de la Fundación.
Durante la actividad, las personas asistentes participaron en la charla “Alimentación y Salud de las Personas con Discapacidad”, impartida por la experta en nutrición, Esther Garcia, quien habló sobre los alimentos y la relación que tienen en nuestra salud, según cada etapa de nuestras vidas y las actividades que realizamos diariamente.
La ponente también hizo hincapié en las enfermedades que podemos evitar cuidando nuestra alimentación, tales como pueden ser la Diabetes Tipo 2, la Obesidad, problemas Cardíacos, inconvenientes estomacales y estreñimientos, que producen molestias y mal estar, problemas que son habituales entre las personas con discapacidad intelectual. Sólo en el Centro de Día de nuestra entidad, cerca del 80% de las personas presentan un alto índice de masa corporal (IMC), estando cerca de llegar a la obesidad. En el Centro Ocupacional, la estimación no es muy diferente y ya existen cuadros de personas jóvenes que presentan obesidad.
Esta charla informativa fue dinámica y participativa, y además de saber más sobre los beneficios de los alimentos, los familiares también conocieron estrategias sobre cómo lograr cambiar poco a poco los hábitos alimentares para tener una dieta más sana.
También fue dado a conocer los resultados de este Programa de Hábitos Saludables, que tuvo inicio en septiembre de 2016, y todas las acciones que se están realizando con los usuarios y usuarias para informar, formar y sensibilizar sobre la importancia que tiene para nuestra salud lo que comemos. Con este Programa se está haciendo mucho hincapié en los beneficios de consumir verduras y frutas regularmente para poder disfrutar de una buena salud. Durante seis meses, una vez a la semana, se distribuye a cada persona una pieza de fruta ecológica para ser consumida a media mañana, una acción que beneficia a 228 personas con discapacidad.
Sin embargo, lograr que los usuarios y usuarias puedan adquirir hábitos más saludables, es un proceso lento y depende del esfuerzo de todas las personas que le rodean. “Hemos identificado que hay un interés por parte de los usuarios en cuidar su salud, y por ello un primer paso ya se ha dado, pero lograr el cambio de hábitos definitivo depende de ser constantes y de ir logrando dar pequeños pasos. En ese sentido, la concientización y la colaboración de los familiares es fundamental”, refuerza Maíra Pizetta, técnica de Servicios RSE, quien coordina el programa.
Durante la Merienda Ecológica, los familiares pudieron intercambiar ideas sobre qué estrategias adoptar para fomentar en casa una alimentación variada y rica en nutrientes mientras degustaban un exquisito brunch totalmente ecológico, con frutas eco de temporada; quiche de verduras; milhojas de berenjena y verduras con bechamel de almendras; tomate, queso, aceite y otras delicias. La actividad tuvo muy buen acogida entre las personas presentes, que elogiaron la iniciativa y organización.