Un proceso de gestión documental es algo complejo en sus partes más técnicas y en el que tienen cabida muchos perfiles profesionales diferentes. Sin embargo, cuando oímos hablar de discapacidad intelectual no se nos ocurre asociarlo ni a servicios profesionales ni, en concreto, a trabajos con archivos o expedientes.
La imagen que se nos viene a la mente es la de personas gravemente afectadas y con necesidades de apoyo. Pero el término discapacidad intelectual es muy
Para dar solución a los problemas de empleabilidad de este colectivo, se crearon los Centros Especiales de Empleo que ofrecen una multiplicidad de servicios a las empresas, así como diversidad de puestos de trabajo.
¿Cómo encaja la discapacidad intelectual en la gestión documental? La respuesta es realmente sencilla. Casi todos los trabajos que realizamos en nuestro día a día requieren de pasos más o menos manuales, en los que tenemos que ser metódicos y poner atención al detalle porque de ellos después dependerá que el resto de pasos sean más fáciles. Precisamente, si contratásemos a una persona con discapacidad intelectual, esta sería la labor idónea para encargarle.
La identificación de fallos o la clasificación de los diferentes elementos son algunas de las primeras tareas que los servicios de gestión documental suelen llevar anexas y que más tediosas pueden llegar a resultar. Sin embargo, lo que para muchos supondría un desgaste, para Centros Especiales de Empleo como Ibergrupo es una oportunidad perfecta para impactar de manera directa en la contratación de personal y una lanzadera para nuevos profesionales que año tras año aprenden cómo funcionan los flujos de trabajo naturales.
Como añadido, Roncalli Gestión Documental elabora un informe anual del impacto social generado por la empresa/cliente al contratar sus servicios con un formato que facilita la incorporación en la memoria anual de la compañía, newsletter o medio de comunicación.