Cuando en marketing directo hablamos del mejor sistema, formato o condición para tratar los materiales de los clientes, hablamos de emociones. A parte de una alta profesionalidad, que se sobreentiende incluida, Jesús Esteban, gerente de servicios de marketing, nos transmite los sentimientos que busca despertar al entregar un embolsado finalizado.
¿El mejor acabado para sus publicaciones impresas? Depende. La diferencia radica en qué se quiere comunicar: sujetar o transmitir. Cuando manipulamos diferentes elementos que hay que paquetizar y mandar a quiosco, el objetivo primario suele ser que cada uno de esos componentes lleguen en la posición pensada para cada uno desde el principio. Es lo que se le pide al encargo y lo que los lectores esperan encontrar cada semana, quincena o mes en su quiosco habitual. Por otra parte, cuando lo que se busca es transmitir, se multiplican las posibilidades, más allá de si la gota de pegamento sostendrá en su sitio la muestra de perfume.
El embolsado de revistas cuando de lo que se trata es presentar un muro de sensaciones, abre un amplio espectro en cuanto a su formato: embolsado estándar transparente u opaco, con materiales reciclados, con formas específicas, etc. Algunos ejemplos prácticos podrían ser el caso de publicaciones de centros de estudios que contienen revistas de pago y que no quieren que cualquier persona esté informada de su contenido. Se podría elegir un embolsado opaco pero que estuviese marcado con el logotipo del centro de estudios. O el caso de entidades que entre sus estatutos corporativos se encuentra la misión de ser lo más responsables posibles con el medioambiente y quieren comunicarlo a la sociedad a través de todos sus elementos. Podrían tender hacia un formato de embolsado ecológico, con un sistema bajo en emisiones de CO2 o reciclado. Sea cual sea el formato, una condición sine quanon es que el plástico proteja pero asegure las devoluciones. Otros factores influyentes para el atractivo pero que además afectarían al precio son la galga, grosor del plástico, y el formato antes mencionado. Se abaratará o encarecerá el trabajo final en función de si nos permite trabajar a través de máquina o requerirá manipulado. Suponiendo que quisiésemos direccionar nuestros envíos, hacerlo directamente sobre el plástico con ayuda de una máquina, nos ahorraría el coste de la etiqueta y de una persona que la pegue. Sin embargo, podemos seguir añadiendo valor porque muchos de estos servicios de marketing son prestados por centros especiales de empleo como Roncalli, cuya misión es la integración laboral de personas con discapacidad. Centros que además podrán ayudar a cualquier tipo de empresa a ser más responsables y cumplir con la ley del 2% o LGD, en el caso de que tuviesen esa obligatoriedad. En resumen, no definas tu acción de marketing por el precio, hazlo por lo que quieras transmitir.