La llegada de Internet en 1989 supuso un boom para la industria del libro o, más en particular, de la impresión que se echaron las manos a la cabeza al presuponer las enormes pérdidas económicas que tendrían, cuando no la quiebra.
Sin embargo y a pesar de este temor, aún somos muchos los que recurrimos a la imprenta más cercana para poder tener “más a mano” el último informe corporativo, el manual de marca o cualquier discurso que tenemos que preparar. Por suerte para las imprentas, no sólo se vive de papel sino que hoy en día gracias a la multiplicidad de tecnologías que encontramos se puede plasmar cualquier imagen en todo tipo de materiales ya sean artículos promocionales, regalos corporativos, etc. Tanto si es la primera vez que gestionamos un encargo de ese tipo como si ya tenemos algo de experiencia, sabemos que las pautas que hay que tener en cuenta suelen ser: número de unidades y presupuesto. Comentábamos en su momento la importancia sobre el tipo de marcaje de los productos a la hora del ahorro de costes y, en esta ocasión, también es importante valorar las diferencias entre imprimir con un sistema de cuatricromía o con tinta plana.
La cuatricromía se basa en la mezcla de los colores que componen el CMYK, es decir, cian, magenta, amarillo y negro. La tinta plana es una tinta especial que ya está previamente mezclada y cuyo uso puede ser complementario o suplementario de la cuatricromía. Además requiere que la imprenta realice una plancha de impresión propia. Podemos basarnos en algunas sugerencias para saber cuál es el mejor sistema de aplicación del color utilizando el modo más adecuado, por ejemplo:
A pesar de esta facilidad, hay piezas que no soportan la cuatricromía sobre todo cuando el producto es de stock como pasa con materiales cuyo compuesto principal es el plástico.
Hay que tener en cuenta que imprimir en tintas planas puede suponer entre un 40 y un 50% más caro que hacerlo por cuatricromía y que en España no se suele trabajar con más de 4 o 5 tintas planas cuando hablamos de producir regalos corporativos. Lo bueno de todo esto es que siempre podemos recurrir a nuestro gestor de artículos promocionales y de empresa para que nos asesore e incluso elija por nosotros el mejor acabado.