¿Puede la depresión derivar en una discapacidad?
La depresión es una enfermedad reconocida por la OMS y cuyo diagnóstico psiquiátrico se describe como: “un trastorno del estado ánimo, transitorio o permanente, caracterizado por sentimientos de infelicidad, abatimiento, culpabilidad y por la incapacidad que sienten de disfrutar de las cosas, también acompañados de ansiedad”. Nuestra pregunta es clara: ¿puede una depresión provocar un cierto grado de discapacidad? Para conocer la respuesta tenemos que diferenciar la depresión clínica común con el trastorno depresivo mayor. Mientras que el primero suele tener repercusiones menores y es transitorio, el trastorno depresivo mayor es una enfermedad mental que reduce de forma directa la esperanza de vida de una persona y que puede provocar incluso el suicidio.
La depresión grave se caracteriza por la pérdida del placer en actividades que antes nos gustaban, un estado de ánimo invasivo y una autoestima muy baja. Este trastorno requiere del uso de antidepresivos y de terapia cognitiva conductual.
En términos de psicología, la depresión mayor puede llegar a considerarse una discapacidad psíquica o una enfermedad mental. Y es que, los factores de vulnerabilidad que sufren estas personas son similares a los de otros trastornos de la discapacidad intelectual. Las personas que están en riesgo de sufrir un trastorno de la depresión mayor suelen tener uno o más de los siguientes factores:
- Heredan predisposición genética y tienen dificultades en su entorno.
- Depresión económica y aislamiento social.
- Son personas con antecedentes de depresiones moderadas.
- Son personas con depresiones leves durante un largo período de tiempo.
- Consumo prolongado de drogas y alcohol.
Hay que tener en cuenta que la depresión es un síntoma que suele acompañar a otro tipo de discapacidades. Y es que, para muchas personas es difícil afrontar el hecho de ser diferentes en algún aspecto de su vida.
Para evitar que la depresión grave nos afecte es muy importante que todo el mundo se sienta integrado y tenga el apoyo social necesario para ser feliz. Por eso en la Fundación nos esforzamos para integrar a las personas con discapacidades diferentes en el entorno laboral, ya que tener trabajo e independencia mejora la autoestima de cualquier persona.