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Depresión y ansiedad: relación con la discapacidad

Escrito por José Antonio Morena Pardo | May 17, 2017 12:00:00 AM

Los seres humanos somos personas sociales por naturaleza, estamos programados para tener contacto con nuestros vecinos. Las personas con capacidades diferentes tienen la misma necesidad solo que, en ocasiones, el modo de manifestarlo o de aproximación hacia ellos es diferente. Hay muchos tipos de discapacidad intelectual y todos ellos tienen distintos matices. No es lo mismo Síndrome de Down, Asperger o Síndrome Williams, cada uno de ellos expresa sus emociones de forma totalmente distinta. Gran parte de los problemas que tienen las personas con discapacidad es la incomprensión de la sociedad en general. En la actualidad hay cada vez más estudios y se renuevan los esfuerzos para que tengan buena calidad de vida, pero eso no ha sido siempre así. Mientras que una persona con Asperger es brillante en algunos ámbitos de su vida como la memorización de algunos temas, suele tener un conflicto interior constante con sus sentimientos y sus relaciones sociales que en ocasiones se agrava con los años. La ansiedad y la depresión son compañeros de viaje de cualquier persona que tiene un problema, lo que ocurre es que las personas con capacidades diferentes no tienen los mismos recursos emocionales para luchar contra ellas y necesitan una dosis de apoyo extra. ¿Qué podemos hacer las familias, amigos y la sociedad en general? Una de las claves para comprender la magnitud de este contexto está en encontrar la ayuda de personas externas al núcleo familiar y que tengan experiencia. Entidades como la Fundación Juan XXIII Roncalli son importantísimas para darle visibilidad a la discapacidad, así como para ayudar a estas personas a integrarse en el entorno laboral y conseguir un cierto grado de independencia. La depresión, la ansiedad y los problemas emocionales no se solucionan de un día para otro, es vital que luchemos contra estas enfermedades que agravan el estado psíquico y físico de cualquier persona, pero que azota con especial crudeza a las personas con discapacidad.