El colectivo de personas con discapacidad ayuda a mantener a flote a las agencias de viajes
Que las agencias de viajes no pasan por un buen momento es un dato que no se le escapa a nadie. Todos hemos visto como en nuestra ciudad han ido cerrando agencias casi a diario. De hecho, según Hosteltur, entre 2008 y 2013 han cerrado más de 5.000 agencias, lo que supone un 40% del sector. Para sobrevivir a este caos y mantener el negocio a flote, las agencias se están especializando en viajes para personas con discapacidad, problemas de salud como celíacos, deportes extremos, viajes de novios o festivales de música. Enfocarse en pequeños nichos de mercado es la única solución ante un sector que está viendo como internet y las apps móviles le han comido el mercado. Ya no se trata de que una agencia de viajes te cobre comisión, sino que ¿quién querría perder tiempo en ir a una agencia cuando con una app en el móvil puedes comprar un billete de avión en 5 segundos? Las compañías están eliminando intermediarios para aumentar sus beneficios y prefieren vender sus propios billetes de avión o reservas de hotel. Sin embargo, cuando se trata de un viaje “complicado” donde hay algunos factores que se salen de lo común, la especialización de las agencias de viajes es más importante que el ahorro de dinero. El mayor activo de una agencia de viajes es su experiencia. Si están especializados en viajes para personas con discapacidad sabrán recomendarnos hoteles adaptados, rutas, excursiones y todo tipo de actividades adaptadas, lo que evita que los usuarios dediquen horas en buscar este tipo de información, o incluso viajar sin saber si tendrán problemas. Otro punto a favor de las agencias es que a la hora de reclamar, es más sencillo si podemos dirigirnos a un sitio físico que tener que llamar por teléfono a un 902, que encima no es gratuito, o navegar en un laberinto de opciones dentro de una página web poco optimizada.