¿Por qué los bolígrafos que quiero para los empleados no pueden llevar mi logotipo en la posición que yo quiero? ¿Por qué cambian los colores de nuestra marca de un elemento promocional a otro? ¿De dónde sale la diferencia de precio entre unidades?
Estas son algunas de las preguntas más frecuentes que nos hacemos cuando queremos encargar regalos promocionales personalizados con la imagen de nuestra marca y que la mayoría de las veces sólo a base de experiencia conseguimos ir deduciendo. La respuesta a estos misterios dependerá básicamente de una nueva cuestión:
Pongamos un ejemplo práctico. Supongamos que queremos unas totebags totalmente personalizadas para que nuestros empleados puedan llevar sus equipos informáticos por la oficina cómodamente. Pues bien, los únicos datos que siempre vamos a necesitar saber son el número de unidades a producir y el presupuesto con el que contamos. ¿Por qué? Según el número de unidades, el mismo proveedor será quien nos indique si nos interesa iniciar un proceso de fabricación propio para nuestras bolsas o si podríamos utilizar algún modelo estándar lo que supondría un importante ahorro en costes. La diferencia para este supuesto radica en que si fabricamos podemos personalizar toda la pieza desde su forma, pasando por los colores hasta llegar al número de unidades. Si fabricamos pocas unidades deberemos tener en cuenta que el coste será mayor pues el arranque de las máquinas tiene un coste fijo. Si la producción de nuestros artículos promocionales está supeditado a un presupuesto, no sólo se verá sensiblemente afectado el tipo de trabajo a realizar, fabricación o producto en stock, sino que intervendrán los sistemas de color, es decir, lo innovador del diseño. Cuando nos movemos con un presupuesto ajustado, los factores a tener en cuenta se multiplican. En este caso, convendría saber que para ahorrar en costes el sistema ideal sería trabajar con productos en stock que nos asegurarán estar dentro de los marcos de marcaje de las máquinas. Otro método para abaratar sería recurrir a tintas planas y reducir el número de colores en nuestro diseño. Otro punto que se valora desde la producción y que condiciona cómo se hacen nuestros trabajos son las técnicas de marcaje: tampografía, serigrafía, láser, transfer, termograbado o bajorrelieve, etc. Siguiendo con el ejemplo de las totebags e imaginando que son de tela, cualquier proveedor habituado a realizar estos encargos sabrá que el marcaje que se puede realizar en producto de stock se reduce a tres: bordado, serigrafía o transfer, y que cada una de ellas, lleva asociado a su vez otras peculiaridades. En conclusión, no todos los productos pueden ser marcados por igual bien sea por lo que las técnicas de impresión marquen bien por los sistemas de color que se requieran.
