En su primera experiencia en la huerta, el voluntariado ha demostrado su implicación y su compromiso en colaborar con este proyecto integrador y sostenible
Este mes de marzo, la huerta ecológica de la Fundación se transformó en un gran taller de bricolaje. Todo ello, con el fin de acondicionar un espacio propicio para la realización de terapias hortícolas dirigida a personas con discapacidad intelectual severa atendidas por el Centro de Día de la Fundación Juan XXIII Roncalli. Gracias al apoyo del voluntariado de la empresa SAGE, hemos logrado transformar diversos pallets rotos en útiles tarimas utilizadas para construcción de una zona terapéutica
El equipo de voluntariado de la jornada realizada el 14 de marzo