La importancia de la acción social y las fundaciones

| por José Antonio Morena Pardo

De acuerdo al último informe del Instituto Nacional de Estadística (INE), en España hay aproximadamente 3,85 millones de personas con alguna discapacidad. Esta cifra equivale aproximadamente al 8% de la población y aumenta de forma considerable cada año debido al envejecimiento de la población. En el 80% de los hogares no hay ningún miembro con discapacidad, en el 16,8% hay una persona y en el 3% hay 2 miembros de la familia. Tenemos que tener en cuenta que existen muchos tipos de discapacidad: movilidad, audición, visión, comunicación, interacciones y relaciones personales, autocuidado o aprendizaje y aplicación de conocimientos y desarrollo de tareas entre otros. El porcentaje de personas con capacidades diferentes está aumentando y sin el apoyo de las fundaciones y la acción social no se podría atender a todo el mundo. Actualmente el Estado no tiene los recursos necesarios para atender a todas estas personas, lo que ha hecho que las familias y las fundaciones privadas tengan que asumir ese rol. Este estudio del INE define discapacidad como la limitación por motivos de salud de alguna de las 44 actividades investigadas. Y, a pesar de que estamos comentando los números de forma general para establecer un contexto, esta panorámica sobre la discapacidad en España refleja de forma cristalina la necesidad que hay de apoyo a este grupo de personas. Más del 60% de las personas que cuidan a familiares tienen que reducir su tiempo de ocio o vida laboral para atender a las personas con necesidades. ¿Qué ocurre cuando la unidad familiar no puede permitirse perder los ingresos del cabeza de familia? Gracias a las fundaciones y a las iniciativas sociales, miles de familias pueden compatibilizar el trabajo con el cuidado de sus familiares.

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