Cuando en una familia hay algún miembro con capacidades diferentes, con el tiempo dejamos de ver esto como algo singular y directamente lo atribuimos a la personalidad de cada uno. No obstante, el sentimiento de protección hacia el hijo o hermano con discapacidad tiende a ser más fuerte por naturaleza. Hace unos días hablamos de los planes que tienen que hacer las familias con algún miembro con discapacidad, pero hoy vamos a hacer especial hincapié en el papel de los hermanos dentro del núcleo familiar. Mientras que a lo largo de los años nos vamos preparando para ser autosuficientes y ser independientes sin la ayuda de nuestros padres, la figura del hermano es una de las más importantes de nuestra vida porque nos acompañará mucho más tiempo. Sin importar si tenemos discapacidad o no, un hermano nos ayuda, nos protege, nos cuida y nos acompañará siempre. ¿Qué pasa cuando tenemos un hermano con discapacidad? En este caso, el rol del hermano tiende a ser más importante que nunca. La discapacidad intelectual se manifiesta de muchas formas y, tener a alguien de confianza a la que recurrir, es de un valor incalculable. Aunque la persona con discapacidad sea autosuficiente, viva sola y trabaje, saber que tienen detrás a su hermano o hermana que les ayudará ante cualquier dificultad hace que su día a día sea mucho más sencillo. Otro de los factores en los que tener un hermano es magnífico es cuando entramos en el campo del dinero, inversiones, gestiones legales o herencias. En algunos casos es necesario tener un tutor legal que administre el dinero que la persona recibe y, generalmente, no hay nadie que conozca mejor sus necesidades que su propio hermano. La familia es uno de los mayores tesoros que tenemos, por lo que los padres deben invertir su tiempo en inculcar este valor entre sus hijos para que cuando ellos ya no estén sigan unidos.