LA COMPAÑÍA TEATRAL 'LA RUECA' PRESENTA 'LA VUELTA AL MUNDO EN 80 DÍAS'

| , , , , , por José Antonio Morena Pardo

Un fuerte aplauso fue el pistoletazo de salida. Se abría el telón, alrededor de 200 personas atentas a lo que habría en el escenario, profesionales, amigos, compañeros, familiares… comenzaba, tras dos años de preparación, ‘La vuelta al mundo en 80 días’ de la compañía de teatro ‘La Rueca’. Un narrador omnipresente comenzaba a contarnos el principio de la historia. Los actores, ataviados con vestimentas de la época, caracterizados gracias a la Escuela de Peluquería ‘El Madroño’, estaban concentrados. ¡Empezaba la función!

El público, que sabía a lo que se iba a enfrentar, entendió perfectamente el mensaje, después de más de una hora ante la apasionante historia que nos contaban, un fuerte aplauso terminó de invadir el teatro. El público de pie ante los actores agradecía con estos aplausos lo que les habían hecho vivir en tan poco tiempo, un viaje a otra época de la mano de personas con Discapacidad Intelectual que intentaban mostrarnos la tan maravillosa obra de Julio Verne. El esfuerzo que los actores y directores habían realizado fue recompensado.

Tras dos años de preparación, por fin veíamos la representación de la obra ‘La vuelta al mundo en 80 días’ que tuvo lugar los días 11 y 12 de mayo en el Centro Cultural ‘El Madroño’, trasladándonos así al Londres de 1872.

Un texto más amplio y una escenografía más compleja han supuesto un trabajo de superación tanto para los profesionales que dirigen el taller de teatro, como para las personas con Discapacidad Intelectual que lo componen.

 La compañía de teatro ‘La Rueca’, de la Fundación Juan XXIII - Roncalli nació en 2009 con el fin de acercar a las personas con Discapacidad Intelectual a la expresión dramática, un eficaz instrumento de trabajo por el cual, la persona, además de comunicar, es capaz de exteriorizar una serie de sentimientos.

Desde entonces han sido representadas 5 obras de teatro entre las que destacan ‘El invento perfecto’ y ‘La bella no durmiente’.

La idea

En el año 2013 después de terminar la obra ‘Tolo y los tambores’ los profesores del taller de teatro creyeron que los chicos podrían aprenderse un guion más complicado, vieron que sus posibilidades eran más grandes y decidieron decantarse por una obra clásica, que conociera todo el mundo. Fueron cuatro meses de adaptación del texto y selección de los actores que mejor podían encajar en cada personaje. Recogieron ideas de la serie aunque la mayor parte está basada en el libro de Julio Verne.

La preparación

“Han sido dos años de mucho esfuerzo y compromiso por parte de los chicos, han estudiado mucho. Las familias también han supuesto un apoyo imprescindible y los profesionales de la Fundación han sido vitales para que este proyecto saliera adelante”, es el testimonio de José Carlos Luceño, uno de los profesores que dirigen ‘La Rueca’.

“La preparación fue complicada, les contamos la historia, les ensañamos cómo vivían en esos años, los países, los medios de transporte que utilizaban para que pudieran imaginarse como eran las personas de esa época, trabajamos mucho en la recreación del ambiente, en el vestuario y la caracterización en el lenguaje y la expresión corporal, todo esto ha sido fundamental” recalca Luis Triguero, otro de los profesores que dirige ‘La Rueca’.

Desde que comenzaron, uno de los puntos fuertes a trabajar fue la vocalización y la expresión, el meterse en el personaje de lleno e interiorizarlo. La empatía ha sido fundamental para que ellos pudieran mostrar al espectador realmente cómo era ese personaje.

“Cuando empezamos sabíamos que era un reto, el mayor de todos después de las cinco obras representadas pero creíamos que podíamos llegar más lejos y hubo un momento que pensamos que habíamos puesto el listón muy alto, no porque no confiáramos en ellos, sino porque el proyecto era muy ambicioso. Hasta una semana antes de la representación pensábamos que no llegábamos y que teníamos que posponer la fecha” apuntan Luis y José Carlos.

El final

Las dos últimas semanas fueron duras, ensayos y más ensayos, nervios y retoques finales…pero el refuerzo positivo que se les ha dado desde la Fundación ha sido muy importante para que los actores no se vinieran abajo, la confianza en ellos era la clave para que todo saliera bien. Antes de la representación los nervios florecían pero lo principal y primordial era que ellos lo disfrutaran, eran dos años de mucho trabajo y después de todo había que vivirlo.

El teatro es sin duda una excelente terapia para personas con Discapacidad Intelectual que nos han mostrado con la representación de esta obra que no hay barreras. Las diferentes maneras de comunicarnos sirven para desarrollar la estimulación de los diferentes sentidos y del ritmo, así como reforzar los patrones de memoria y adquirir grandes dosis de seguridad en sí mismos.

Sin duda un reto que ha logrado satisfacer las expectativas de todo aquel que se ha puesto delante y detrás del escenario.

Como decía Chaplin, “La vida es una obra de teatro que no permite ensayos. Por eso, canta, ríe, baila, llora y vive intensamente cada momento de tu vida, antes de que el telón baje y la obra termine sin aplausos”.

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