LA DISCAPACIDAD INTELECTUAL NO ES UNA BARRERA

| , por José Antonio Morena Pardo

Tener capacidades diferentes no es un hándicap a la hora de alcanzar metas

Cada vez son más los jóvenes que ponen en valor a este colectivo, que demanda mayor integración en la sociedad actual.

Deportistas, diseñadores, influencers modelos, actores… Todos ellos de éxito y con algo en común: tienen discapacidad intelectual. Es el caso de los nadadores Carlos Hernández, gran triunfador en los Campeonatos de Europa de natación y atletismo para Deportistas con Discapacidad Intelectual (INAS) celebrados en París a mediados de año, y Michelle Alonso, única nadadora en competir en un campeonato absoluto; Marián Alvárez, la primera modelo española con síndrome de Down en desfilar en Nueva York, o Madeleine Stuart, diseñadora de moda australiana que presentó la Semana de la Moda de Nueva York su primera colección, 21 Reasons Why, un claro guiño a su edad y al cromosoma 21 típico del Down.

Lejos de amilanarse, todos ellos han sabido convivir y superarse hasta demostrar que tener capacidades diferentes no es, ni por asomo, un hándicap a la hora de derribar puertas y alcanzar metas.

 

La casilla de salida nos traslada al colegio madrileño de alto rendimiento Gredos San Diego. Allí, en su piscina, Carlos Hernández se siente como pez en el agua. Prueba de ello son las cinco medallas de oro que se colgó en la capital francesa durante los últimos Campeonatos de Europa de natación y atletismo (INAS), en la que ningún adversario logró superarle. Cinco pruebas, 50, 100 y 200 metros braza, 50 metros mariposa y 200 metros estilo, y cinco victorias para un nadador que, además, es monitor de niños y niñas discapacitados. Hernández, campeón de España, Europa y del Mundo, según palabras de sus compañeros “es uno más dentro de la dinámica del grupo” y realiza “los mismos entrenamientos” que el resto de jóvenes del centro. Su entrenador, Asís Galán destaca “su actitud y esfuerzo por encima de aquellos con los que comparte piscina”.

 

De Madrid al mar de la isla de Tenerife, lugar de nacimiento de otra nadadora, Michelle Alonso. Conocida, entre otras logros, por ser la primera mujer con discapacidad intelectual reconocida, un 37%, en participar en un campeonato absoluto de natación. Incansable y competitiva como pocas, probó las mieles del agua dulce a los siete años y ya no lo abandonó. De ahí a participar en los Juegos Paralímpicos de Londres 2012 y Río 2016, en los que consiguió dos oros, hasta cumplir su sueño el pasado mes de abril en el Open de Primavera de Málaga. Allí, compartió calles con las principales nadadoras del panorama español como Jessica Vall o Mireia Belmonte merced a su excelente (33:37), marca mínima exigible para el certamen. Fan del manga y del anime, la tinerfeña tiene los Juegos de Tokio 2020 como objetivo. “Me hace mucha ilusión”, señala sonriente Alonso, todo un ejemplo para el panorama deportivo mundial.

Además del agua, el cine y los libros, en las pasarelas también hay espacio para la discapacidad intelectual. En esta disciplina, sobresale Marián Ávila, quien a sus 20 años desfilará durante la presentación de la nueva colección de la diseñadora Talisha Whiteel el próximo 8 de septiembre en la Semana de la Moda de Nueva York. Lugar escogido también por la influencer “aussie” Madeleine Stuart, diseñadora de moda con Sindrome de Down, para lanzar su primera colección titulada 21 Reasons Why.

 

Estos son algunos de los muchos ejemplos que ponen de manifiesto la necesidad social de apostar por la inclusión y abandonar ciertos prejuicios; y es que, en pleno siglo 21, detrás de las apariencias se esconden infinidad de oportunidades.

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