Ahora estamos en plena temporada de estas frutas, que nutricionalmente se engloban dentro de lo que llamamos frutos rojos. A ésta familia también pertenecen frutos como las frambuesas, moras, arándanos o grosellas, y que tienen en común en su composición un tipo de sustancia llamadas como las antocianinas (dentro de los flavonoides ), que les otorga su color rojo/ púrpura, y nos ayudan a combatir los radicales libres y a prevenir el envejecimiento
Según el estudio “Calidad del suelo y de la fresa en los agroecosistemas ecológicos y convencionales”, 2010, “en las explotaciones ecológicas, las fresas tenían un período mayor de vida útil, con mayor contenido en antioxidantes y mayores concentraciones de ácidos ascórbico y fenólicos”. Además, dice que “las fresas ecológicas son más dulces y tienen mejor sabor, por regla general, que las fresas de cultivo convencional”.
Las fresas son muy ricas en agua, en vitaminas antioxidantes como vit C (1 taza de fresas , cubre las necesidades diarias de ésta vitamina) y Vit E y en ácido fólico . También son un buen aporte de hierro y potasio. La combinación de su alto contenido en hierro y su alto contenido en vitamina C ( que favorece su absorción ) le confiere unas propiedades antianémicas importantes.
Las recetas que contienen estas deliciosas frutas, serán muy útiles en todas las anomalías relacionadas con la retención de líquidos, primero por su contenido en agua y en potasio y su bajo contenido en sodio , y segundo por su contenido en un tipo de sustancias, como la quercetina o el ácido salicílico, con un alto poder antiinflamatorio y de refuerzo venoso.
Además, las fresas ecológicas evitan el consumo de sustancias tóxicas, según el estudio EXPPERT II, realizado Générations Futures (www.generations-futures.fr), “niños y mujeres embarazadas son una población particularmente vulnerable a los peligros de sustancias químicas especialmente los disruptores endocrinos incluso en dosis muy bajas”, y nos encontramos con que el 71,42 % de las fresas convencionales los contienen.