Ruth y Anaí, dos jóvenes bolivianas con discapacidad, han podido viajar a España para recibir un diagnóstico y un tratamiento gracias a la Fundación Juan XXIII Roncalli y a la Fundación Word Vision. A pesar de que cada una de ellas ha tenido su propia infancia, las dos coinciden en que el cariño que han recibido por parte de ambas fundaciones han marcado un antes y un después en su vida. Para Anaí, “después de ver cómo trabajan las personas de Roncalli me han entrado ganas de formar parte del equipo de trabajo”. Por su lado, y tras agradecer el cariño que ha recibido en España, Ruth ha indicado que “después de ver cómo nos están ayudando aquí, en España, me gustaría ser profesora para ayudar a mis compañeros de El Arca”, un centro de educación especial de World Vision en Bolivia en el que lleva desde los cinco años. Ruth y Anaí fueron abandonadas por su familia durante sus primeros años de vida debido a su discapacidad auditiva. En la actualidad, presentan también una ligera discapacidad intelectual, sobrevenida por la falta no solo de audición, si no de recursos para su correcto desarrollo personal. Gracias a un proyecto piloto desarrollado por la Fundación Juan XXIII Roncalli y la Fundación World Vision las dos jóvenes llegaron a Madrid el pasado mes de octubre, acompañadas de una profesional de la educación especial, para recibir, gracias a la colaboración del hospital Gregorio Marañón un primer diagnóstico sobre su discapacidad. Además, gracias también a Gaes, Ruth cuenta con unos audífonos que le han permitido oír por primera vez.
Ruth y Anaí no son las únicas personas con discapacidad que han visto desatendidas sus necesidades. Cuando la Fundación World Vision inició su trabajo en 2006 en Isoso (Bolivia) detectó que había casos tanto de menores, como de adultos, con discapacidades físicas y mentales que prácticamente no recibían atención. Así, la ONG decidió comenzar a apoyar el trabajo del centro de educación especial El Arca, que ya operaba en la zona. En la actualidad, la mayoría de niños y jóvenes que residen en el centro han sido abandonados por sus padres y “El Arca” es su único hogar. Según datos de World Vision, el 56% de las personas con discapacidad registradas en la región de Bolivia donde trabajan, no dispone de seguro de salud, el 30% no accede a ningún tipo de educación y un 36% lo hace únicamente a la educación primaria lo que hace que “tengan unas posibilidades muy limitadas de ejercer un oficio o profesión que les permita llevar una vida económicamente independiente”. Además, tal y como informan las ONG, el principal problema que sufren estas personas es la invisibilidad a la que se ven sometidos. “Muchos padres de familia ocultan a sus hijos con discapacidad, evitando de esta manera que puedan gozar de un derecho tan fundamental como el derecho a la identidad. No registran su nacimiento en el registro civil correspondiente, lo que hace que tengan vetado el acceso a la educación o a los servicios de salud”, aseguran los portavoces. La Gerente de la Fundación Juan XXIII Roncalli, Paloma Sol, ha indicado que “la atención en los países desarrollados a aquellas personas con discapacidad intelectual no debe tener como único objetivo pasar el tiempo con ellos”. Para mejorar la calidad de vida de estas personas “habría que poner en valor la dignidad que tienen y todo lo que pueden aportar a la sociedad a través de del trabajo que puedan realizar”, ha añadido. "Desde la Fundación World Vision trabajamos para ayudar a los niños y niñas más vulnerables del planeta. Lamentablemente la discapacidad es un factor más de discriminación para aquellos niños que viven en las comunidades en las que trabajamos. Si a esto le sumamos que son niñas, como en el caso de Anaí y Ruth, estamos hablando de situaciones dramáticas como abandono, marginación y exclusión", Javier Ruiz, Director General de la Fundación World Vision.
Aunque España es un referente internacional en educación inclusiva y ha experimentado en los últimos años una significativa mejora en cuando a la accesibilidad de sus infraestructuras, la Fundación Juan XXIII Roncalli, recuerda que aún queda mucho por hacer. Así, solicita una mayor atención a las personas con discapacidad intelectual, dentro de la discapacidad en general, ya que estas personas precisan de diferentes apoyos que no siempre pueden ser atendidos con los recursos disponibles. En este sentido, el director general de la Fundación Juan XXIII Roncalli, Javier Arroyo, recuerda que la legislación que regula actualmente los derechos de las personas con discapacidad data del año 82 y que requiere de una actualización “inmediata”. Por otra parte, solicita una mayor atención a las personas con discapacidad intelectual, ya que estas personas precisan de diferentes apoyos que no siempre pueden ser atendidos con los recursos disponibles.
Es fundamental la colaboración de entidades, empresas y particulares para hacer posible que más niñas como Anaí y Ruth vivan esta oportunidad. Si quieres colaborar puedes hacerlo de diferentes formas: - Llama al 900 902 022 - Manda un SMS con la palabra BECA al 38013 y dona 3€ Autoría fotografías: Jorge Bolaños