¿Qué nos ocurre a la mayoría de la gente cuando decidimos viajar a hoteles, sobre todo, cuando tienen cierta categoría, que lo primero que hacemos es ir al aseo a cerciorarnos de que nos están esperando esos "botecitos" y demás pequeños productos de higiene personal?
Los productos de acogida aparecieron en el mercado con la intención de ofrecer comodidad a los viajeros que se alojaban en los hoteles. Con la incorporación de pequeñas dosis de geles, champú, jabones, cepillos y otros utensilios de uso diario personal en las habitaciones de los hoteles, empezó un nuevo servicio. En estos días, los amenities para hoteles se han convertido en elemento imprescindible.
Los clientes desean llegar a sus habitaciones y sentirse como en casa, sin la preocupación por haber olvidado algún producto que pudiese hacerles algo más incómoda su estancia. Para cumplir con estas expectativas, las cadenas hoteleras necesitan espacios para almacenar todo tipo de artículos de consumo básico, personal para procesar los pedidos, controlar el stock y manipular los diferentes productos y para que no se disparen los costes variables de ofrecer un servicio de amenities de calidad, a ser posible que todo el pack sea realizado por un único partner.
Para los distribuidores logísticos, por su parte, les puede llegar a resultar un mercado engorroso en el que moverse.
Son productos que por su característica “mini” no ocupan mucho espacio y, a nivel de almacén, resultan positivos para la gestión del mismo. Sin embargo, esta actividad requiere de un control del stock muy preciso por la alta rotación de los productos y la cantidad de variedades con las que se puede trabajar en un mismo lote. Todo ello puede derivar en errores en la preparación de los pedidos y en clientes insatisfechos, si estos fallos son recurrentes.
Sin embargo, la misma actividad resulta ideal cuando se encarga a un centro especial de empleo. ¿Cuál es la diferencia? Lo que para cualquier otro operador de logística integral supondría algunos dolores de cabeza, en los CEE no hace más que favorecer.
La rotación de productos en stock requiere mano de obra capaz de estar concentrada durante jornadas laborales completas y de realizar la misma actividad sin grandes alteraciones en la producción. Las personas con discapacidad, sobre todo la intelectual, demuestran esa capacidad en cada trabajo que pasa por sus manos. Son expertos en el detalle y en la atención pormenorizada a cada producto, de manera que son los primeros en detectar cualquier incidente y/o defecto.
La logística de amenities es una de las claves para la generación de empleo y si además se desea ser social y cumplir con la Ley (LGD, ley del 2%), la mejor opción es confiar estos trabajos a un centro especial de empleo como Roncalli CEE donde se da trabajo a unas 50 personas de manera fija en el terreno logístico y se obtiene un servicio de calidad garantizado.