“El ocio, independientemente de la actividad concreta de que se trate, consiste en una forma de utilizar el tiempo libre mediante una ocupación autotélica y autónomamente elegida y realizada, cuyo desarrollo resulta satisfactorio o placentero para el individuo.” Así es como lo define Jaume Trilla, Doctor en Pedagogía.
Además, según el artículo 24 de la Declaración de los Derechos Humanos de la ONU, el ocio es un derecho humano básico en el cual se contemplan distintos ámbitos: cultura, deporte, turismo, recreación.
Para las personas con discapacidad intelectual el derecho al ocio no varía. Sin embargo para garantizarlo, existe lo que se denomina Ocio Inclusivo. Este tipo de modelo social es un servicio que presta apoyos personales y que sirve de puente entre las personas con discapacidad intelectual y la comunidad para que se cree una participación. Así, Fundación Juan XXIII Roncalli, dentro del ámbito del Turismo inclusivo, organizó el pasado sábado, 18 de febrero, un viaje organizado a la cercana ciudad de Ávila en el que participaron más de 45 trabajadores con diferentes tipos de discapacidad y que estaba abierto al resto de empleados de la entidad que quisiesen participar. El grupo disfrutó de las visitas a la Basílica de San Vicente, la famosa muralla abulense, la Catedral y el Convento de Santa Teresa y de una merecida parada para comer todos juntos. Durante toda la experiencia contaron con el apoyo del equipo formado por Silvia y Alberto, ambos dedicados a fomentar la inclusión y apoyar a estas personas en todos sus ámbitos, que hicieron las veces de guías. [gallery link="none" size="medium" ids="4977,4981,4983" orderby="rand"] El área de Unidad de Apoyo de la Fundación cumplió sobradamente con el objetivo de pasar una jornada de convivencia con los trabajadores y potenciar el ocio inclusivo entre todos y los participantes disfrutaron enormemente de la mañana del sábado realizando actividades alternativas.