Porque excelencia y discapacidad no está reñida
Con el alto índice de competencia que siempre ha habido en el sector, pocos son los que se atrevían a apostar por nuevos negocios, especialmente, tan comprometidos como éste. Pero el equipo de El Catering de la Fundación, creado en 2009, decidió echarle arrojo a la situación y convertirse en un modelo de excelencia en restauración que, además, contribuyese a la integración social y laboral de las personas con discapacidad. Según la última encuesta de población activa y de la Base Estatal de Personas con Discapacidad del INE, la Comunidad de Madrid registra una de las mayores tasas de actividad dentro de este colectivo (43,2%). Además, destaca que las personas con deficiencias auditivas presentaron las mayores tasas de actividad (59,5%). En el extremo opuesto, la discapacidad intelectual registró las menores (27,5%). La plantilla de El Catering de la Fundación está compuesta por un 90% de personas con discapacidad, de las cuales el 45% tiene discapacidad intelectual. Este equipo pasa rigurosos procesos de selección y cuentan con experiencia en el sector, incluso alguno de ellos pertenecen al Centro de Formación para el Empleo que pertenece a Fundación Juan XXIII, propietaria única de Roncalli CEE, donde han recibido formación certificada en restauración. Y ¿qué hay de la calidad? No existe una única definición consensuada de calidad (Martínez-Tur, Peiró y Ramos, 2001). De hecho, se pueden delimitar hasta cuatro definiciones de calidad: • calidad como excelencia • calidad como ajuste a especificaciones • calidad como valor • calidad como satisfacción del usuario Las empresas en las que predomina la concepción de calidad como excelencia ponen el énfasis en proporcionar el mejor producto o servicio, al menos en algunas de sus facetas críticas. “Desde El Catering nos preocupamos por seleccionar las mejores materias primas y por darle un correcto tratamiento a cada producto. El detalle nos define. Medimos los resultados de cada proceso: desde la misma recepción de los ingredientes hasta su salida en el emplatado o en su envasado”, asegura Rubén Chaves, gerente de El Catering de la Fundación. Con la concepción de calidad como satisfacción del cliente, el análisis del cliente –de sus opiniones, intereses, satisfacción, etc. – se convierte en el centro de atención de la organización. Los esfuerzos van orientados a satisfacer al cliente y esto se convierte en sinónimo de calidad. Para asegurarnos que trabajamos en el buen sentido y que cumplimos con nuestro precepto de excelencia y discapacidad, nuestro Centro Especial de Empleo, Ibergrupo, realizó una encuesta de satisfacción a todos sus clientes. Entre ellos, se incluían los pertenecientes a El Catering como, por ejemplo: Enagás, Saint-Gobain, Aviva, Carlson Wagonlit. El resultado fue que un 55% de ellos aseguraron estar muy satisfechos con los servicios y productos recibidos y un 41% habían quedado satisfechos. Ante tales resultados y mimo, ¿quién puede seguir planteándose si cabe la excelencia en el sector de la discapacidad?