Sólo en la Comunidad Autónoma de Madrid, en la Red de empleo creada por la Organización de Entidades en favor de personas con discapacidad intelectual, Plena Inclusión Madrid, hay registrados 16 SIL’s. Pero, ¿qué son estos Servicios de Intermediación Laboral (SIL)?
Desde luego, no estamos hablando de las fuerzas de operaciones especiales americanas pero bien pudiera ser por la labor que realizan. Los Servicios de Intermediación Laboral son prestados por fundaciones públicas o privadas y por instituciones públicas. Pueden tener carácter gratuito o privado indistintamente y tienen como objetivo la capacitación e inserción laboral de personas con discapacidad en entornos normalizados.
Los itinerarios integrales personalizados como también son llamados pueden ser gratuitos o de pago y sus acciones para las empresas van dirigidas a:
Como regla general, sirven para cubrir las necesidades de empleo de baja cualificación que las compañías pueden tener como: mozos de almacén, grabadores de datos, auxiliares de atención al cliente, jardineros, etc. Adicionalmente, contar con este recurso aporta a las compañías la computación para el cumplimiento exigido por la Ley General de Discapacidad, antigua Ley LISMI, de integrar laboralmente a un 2% de personal con algún tipo de discapacidad en sus plantillas. Empresas como Trucco o Decathlon dan ejemplo a la sociedad de lo que es la responsabilidad social corporativa pues en el pasado 2015 ambas entidades integraron personas con discapacidad intelectual en los puestos de mozos de almacén con la colaboración del SIL de Fundación Juan XXIII Roncalli. [gallery columns="2" link="none" size="medium" ids="1970,1971"]
El personal de esta unidad realiza un plan personal de empleo o itinerario individual. Se trata de una entrevista de diagnóstico en la cual se determinan por un lado las expectativas del candidato, es decir, a qué le gustaría dedicarse, qué tipos de trabajos ha tenido anteriormente, si le gustaría estudiar o dedicarse a otro ámbito laboral diferente, etc. Por otra parte, se estudian qué posibilidades de ajuste existen con respecto a los requisitos que pueden presentar las empresas. Se determina la capacidad real de inserción en el mundo laboral de la persona en cuestión. A continuación, se realiza un estudio de su currículo y de sus capacidades. Y, en función de las mismas, se deriva a acciones formativas y/o a la inserción laboral. Cuando se logra integrar laboralmente al candidato, no termina ahí la función del personal del SIL. Sobre todo, en las semanas siguientes a su incorporación mantienen un seguimiento y acompañamiento del nuevo trabajador y un seguimiento de la relación laboral. El contrato siempre se realiza entre el candidato finalmente seleccionado y la empresa y en la mayoría de los casos suele hacerse uso de los denominados “contratos de fomento”. Para los candidatos, los requisitos más frecuentes que van a encontrar para poder recurrir a un SIL de los del tipo de pago suelen ser la asociación y el pago de una cuota que, normalmente, da acceso a la bolsa de empleo y a acciones de ocio y tiempo libre.