Todos los martes llegan cargados de energía y ganas. Cada vez saben hacer más cosas, incluso ya nos ayudan a recolectar. Han aprendido a podar, a instalar riego, a identificar cultivos, a plantar y sembrar.
Para obtener resultados es muy importante la perseverancia y el esfuerzo, esto se observa en nuestro huerto ecológico, en el que día a día hay que quitar hierbas que vuelven a crecer, en el que una semilla sebe ser sembrada con cuidado para poder recolectar luego, etc. Los alumnos ven cómo, en pocos meses, su trabajo se convierte en verduras que se pueden comer y se motivan, un proceso sencillo pero mágico.