El color verde tiene diferentes significados en la vida de las personas, o lo relacionamos con determinas emociones o situaciones. El denominado color esperanza, sin duda es el que tenemos con mayor presencia en nuestro entorno, ya que se refleja en la mayoría de las plantas que hacen posible la forestación, y por ende, nuestra existencia. Pero este color representa mucho más que una imagen o un tono, sino que si lo pensamos con profundidad, es el color de la vida.
Las plantas deben su color verde a los pigmentos que componen la clorofila, una sustancia que permite a las plantas desarrollar el proceso de fotosíntesis, por medio del cual éstas pueden absorben la energía que le brinda la luz solar. Las verduras y hortalizas de color verde son ricas en clorofila, lo que las hace más beneficiosas y saludables que otras. Por esta razón, se suele sugerir la ingesta de hojas verdes en la alimentación cotidiana, haciendo más énfasis en unas u otras dependiendo de lo que se pretenda.
Para los seres humano, el consumo de clorofila supone una serie de beneficios que no podemos dejar pasar desapercibidos. Empezando por las vitaminas y minerales que aportan, principalmente A, del complejo B, C, E y K. Dentro de los minerales se destacan el Calcio, Hierro, Magnesio y Potasio. Las funciones que desempeñan en el organismo humano son de acción antioxidante, combate el colesterol, regula el tránsito intestinal y urinario. Potente anticancerígeno y ayuda a disminuir los efectos secundarios de fármacos, entre otros.
Como siempre os decimos, todos estos beneficios tienen una mayor eficacia al utilizar alimentos de producción ecológica, puesto que están libres de químicos y pesticidas que son perjudiciales para la salud. Una forma de aprovechar todos los beneficios que nos brindan las verduras y hortalizas de hojas verdes es preparando la receta ecológica que os ofrecemos esta semana, Lungüinis de la huerta, preparado con los contenidos de nuestras cestas ecológicas que podréis adquirir la próxima semana.
Elaboración:
Trocea el brócoli y los espárragos. Pon hervir el litro de caldo de pollo, agrega los lingüinis y luego de unos minutos añade el brócoli, los guisantes y los espárragos. Pica la cebolleta y el ajo pequeñitos más los champiñones en láminas y agrega a la cazuela. Disuelve una cucharada sopera de maizena en una taza de agua y agrega a la mezcla removiendo para que no se formen grumos. Salpimenta al gusto y deja cocer unos 10 min removiendo de vez en cuando. Después incorpora perejil y el queso parmesano, remueve y deja cocer otros 5 min y listo.