No hay hortaliza más hermosa que el Romanescu, no te apetece comerla, sino que la ves y te dan ganas de ponerla de adorno en el salón. Su color y su silueta puntiaguda te transporta a un campo verde de Nueva Zelanda.
Esta hortaliza, familia del brócoli y la coliflor, es la más rica en vitamina C de sus primas hermanas. Contiene un alto porcentaje en fibra soluble. También es fuente natural de provitamina A, potasio y fósforo.
Es un alimento muy fácil de preparar y de combinar, por lo que puede ser utilizada en diversos platos fríos o calientes, ya sea para decorar o para acompañar. Es una de las protagonistas de esta temporada otoñal y por lo tanto de nuestra huerta, pero sobre todo de nuestras cestas de verduras ecológicas de esta semana.
Pon a hervir el romanescu troceado durante 10 minutos en una olla con abundante agua, ajo picado y sal. Para la bechamel, pon en una sartén la leche con la margarina y la harina sin dejar de mover para evitar grumos. Luego que espese, espolvorea un poco de nuez moscada y sal al gusto. Después, vierte los trozos de romanescu en un molde para horno previamente engrasado con aceite de oliva. Luego cúbrelos con la salsa bechamel y el queso rallado. Lleva¡ al horno por 15 minutos a 180º para gratinar.
Si eres más de salsa de tomate al estilo italiano, puedes sustituir la salsa bechamel y te quedará exquisito.
Un plato perfecto como entrante, de seguro que repetirán!
