Roncalli CEE: la experiencia del cambio
Cuando llegas un día como otro cualquiera a trabajar y sobre tu mesa te colocan el Tema del día: “¡Vamos a cambiar la marca!”, pasas de poner cara de emoticono angustiado a echarte las manos a las mangas de la chaqueta y finalizas diciendo: ¡Vamos a por ello! Y eso fue lo que el equipo de marketing exactamente hizo. En el verano de 2015, un reducido equipo de trabajo formado por marketing y la dirección general comenzó a poner en marcha la maquinaria del cambio. Se decidió que la noticia no se hiciese pública hasta el final y que se cuidase al máximo como se iba a comunicar. Uno de los primeros públicos a los que se tuvo claro que se iba a notificar fue a los más de 350 trabajadores que cada día se dan cita entre el Centro Especial de Empleo y la Fundación. Para ello, en seguida se acordó que la mejor forma de hacerlo sería organizando un gran evento. Mientras se le daba forma a esta gran celebración, el resto de trabajos se siguieron desarrollando: logotipos, colores corporativos, tipografías, etc. Por fin se marcó un día en el calendario, sería el 4 de noviembre. Nos reuniríamos en un lugar que a nadie resultaría indiferente: la finca La Muñoza, con sus grandes salones, preciosos jardines y como guinda, contaríamos con un servicio de azafatas, prestado por el departamento de servicios outsourcing de nuestro propio CEE, y que se encargaría de recibir a los invitados y estar atentas a cada detalle. Cuando el día llegó, se había conseguido más de lo esperado. Se había conseguido mantener el secreto a salvo y el evento fue puro misterio e intriga para todos los empleados. Se obtuvo un quórum nunca antes visto ni siquiera en las cenas de empresa. Todos se habían arreglado y había mucha expectación por saber que era que pasaba. A pesar de que se alargó durante algunas horas, a posteriori, muchos compañeros se acercaron a transmitirnos su agradecimiento por la organización y a comentarnos lo que habían disfrutado de todo. Obviamente, no hubiese sido tan espectacular si no hubiésemos contado con la intervención de Matty Hemmi, famoso conferenciante a nivel mundial, que nos sacó más de una sonrisa a través de su charla sobre la “zona de confort” y de Olga Montes, cantante y compositora, que nos regaló sus dulces notas de pop-rock. El equipo “R”, como así nos llamábamos entre nosotros, brindamos por un primer hito conseguido satisfactoriamente con el servicio de catering que nuestros compañeros nos ayudaron a ofrecer. ¿Cuáles fueron esos secretos que había que contar? El Centro Especial de Empleo pasaría a llamarse Roncalli y todos operaríamos ya sí bajo la misma marca, se implementaría un Plan 1000 por el que todos los trabajadores verían igualado su sueldo mínimo, se crearía un departamento de desarrollo de personas para ayudarnos a todos a alcanzar nuestras metas, entre otras medidas que empezarían a coger forma en 2016. Y, vuelta a arremangarse, aún había que informar a proveedores, clientes, patrocinadores y un largo etcétera; empezar a implementar los cambios en todos los materiales que hasta el 31 de diciembre se llamaban por separado. Con el mes y pico que ha pasado y aún algunas cosas por rematar, nos preguntan sobre la experiencia y cómo la hemos vivido… ¿Qué decir? Nervios, carreras, susurros, risas (muchas risas), reuniones a puerta cerrada, tardes infinitas haciendo pruebas, la cara de los trabajadores después de todas las noticias, el sonido de nuestras manos al chocar por cada hito conseguido ¡Irrepetible! Esa es la palabra. Para no perdérsela y vivirla desde dentro con todas las emociones que sólo el ser humano es capaz de transmitir y si a ello se le suma el factor de logros para personas con discapacidad, sobre todo intelectual, aún se me ponen los pelos de punta al recordarlo. ¡Bravo equipo!