Dos sistemas de integración laboral para personas con Discapacidad
La inserción laboral de personas con discapacidad es una realidad y no sólo por la obligatoriedad que la Ley General de Discapacidad (antigua LISMI) ejerce sobre las empresas de 50 o más empleados. La concienciación de las compañías por la contratación de personal con capacidades diferentes está llegando en muchas ocasiones de la mano de la RSC, que les está descubriendo un abanico de grandes profesionales con muy buenos apoyos y que el legislador ya había contemplado en su momento.
Actualmente existen varios servicios dirigidos a personas con Discapacidad y/o Enfermedad Mental, con el objetivo de hacer realidad la incorporación de una persona a un puesto de trabajo gracias a una serie de soportes. Hoy hablaremos de los Centros de Rehabilitación Laboral y de la Unidad de Apoyo.
¿Qué diferencias hay entre CRL y Unidad de Apoyo? ¿Qué similitudes?
La principal diferencia que encontramos es el destinatario del servicio, mientras que los CRL están dirigidos específicamente a personas con enfermedad mental grave y duradera, la Unidad de Apoyo se dirige a personas con Discapacidad Intelectual. Además, los Centros de Rehabilitación Laboral (CRL) ayudan a aquellas personas con enfermedad mental que han alcanzado un buen nivel de autonomía a aprender o recuperar los hábitos y capacidades laborales para acceder al mundo laboral. Los CRL tratan de crear un contexto facilitador para que las personas puedan entrenar y desarrollar las habilidades para incorporarse a un empleo por lo que observamos que no se dirigen a trabajadores como sí lo hace la Unidad de Apoyo. Normalmente la Unidad de Apoyo trabaja en Centros Especiales de Empleo como Roncalli, aunque en el caso de nuestra Fundación también lo hace en Centro Ocupacional y en el Centro de Formación para el Empleo, orientando siempre en el puesto de trabajo, estableciendo continuos apoyos y facilitando su adaptación a las distintas circunstancias para potenciar el desarrollo de su vida profesional. Encontramos una similitud, y es que los dos servicios cuentan con equipos multidisciplinares especializados, que a partir de la elaboración de planes de intervención individualizados, elaboran acciones formativas y/o programas de entrenamiento laboral ajustados a sus necesidades, además de acompañar a la persona durante el proceso de incorporación y adaptación al puesto de trabajo. Ambos servicios también fomentan la colaboración con empresas con el objetivo de aumentar las oportunidades de integración laboral del colectivo. Los trabajadores con discapacidad intelectual accederán al servicio de Unidad de Apoyo desde el momento en que pasen a formar parte de la plantilla de un centro especial de empleo. Para acceder a un CRL la persona deberá ser derivada desde los Servicios de Salud Mental de referencia que se encargan de su atención psiquiátrica y seguimiento. La Unidad de Apoyo, además, interviene en el ámbito social y familiar, estableciendo de manera continuada un contacto con la familia en vistas a informar y/o obtener información necesaria para el proceso de intervención planificado para la persona. En el ámbito social se encarga de organizar además diversas actividades de ocio y tiempo libre para fomentar la cohesión entre los trabajadores con Discapacidad.