Esta semana la eco-receta os propone otra forma de cocinar el brócoli que va en vuestras cestas de verduras ecológicas más divertida.
Se trata de combinar sabores y texturas, las fresa le dan acidez y dulzor al plato, el sésamo sometido a calor sabe también dulce y le da un toque crujiente junto con la nuez, mientras que el brócoli, tiene un sabor salado y llena la cuchara.
Os proponemos que probéis la receta y nos comentéis reacciones y variaciones.
Primero cocemos el brócoli hasta que esté al dente para potenciar el efecto crujiente.
Cortamos, después el pollo en lágrimas y pasamos por una sartén con un chorrito de aceite (puede ir también empanado), echamos una cucharada de sésamo y aderezamos con un poquito de tomillo, pimienta y sal.
Cortamos las fresas en láminas, añadimos las nueces y unimos todo y removemos bien. Ajustar el gusto con aceite y sal, también se le puede añadir el zumo de medio limón para que quede más jugoso.