¿Qué es la logística verde? ¿Cómo se relaciona con la logística inversa?
La logística verde tiene el objetivo de minimizar lo máximo posible el impacto que tienen los procesos logísticos en el medioambiente. No es un camino fácil, pero está lleno de ventajas para las empresas que hacen el esfuerzo de adaptar sus procesos logísticos: es una ventaja competitiva, incrementa el valor de la marca, ahorra en energía, reduce la huella de carbono y permite ir un paso por delante de la normativa.
La adaptación a un modelo verde de logística conlleva modificar los procesos y las estrategias en toda la cadena de suministro, desde el empaquetamiento hasta la entrega, pasando, por supuesto, por las devoluciones. ¿Quieres saber cuáles son sus claves?
Las claves de la logística verde
Eficiencia energética
La logística verde promueve el uso eficiente de la energía en todas las etapas del proceso logístico.
La planificación de las rutas es uno de los puntos más interesantes a abordar, ya que permite reducir el kilometraje hasta en un 30%, lo que en consecuencia reducirá las emisiones y el combustible consumido.
Almacenamiento estratégico
Contar con una infraestructura adecuada para el almacenamiento, transporte y carga de mercancías no solo facilita estas operaciones, sino que también conlleva ahorro de tiempo, al reducir ineficiencias, y menos emisiones contaminantes.
Por otro lado, la localización estratégica del almacén permite acortar las distancias de transporte en las rutas habituales y, con ello, reducir también las emisiones.
Además, es posible reducir el consumo de energía eléctrica mediante la implementación de paneles solares y el uso de energías renovables, aprovechando al máximo las horas de luz natural o instalando puertas aislantes para bloquear el calor o el frío.
Transporte sostenible
La logística verde fomenta la utilización de medios de transporte más limpios y eficientes, como vehículos eléctricos, bicicletas eléctricas y entregas a pie.
El uso de vehículos más sostenibles es especialmente importante en la última milla, la etapa final de la distribución de mercancía, que necesita de más vehículos (por tanto, más contaminación) con menos volumen de paquetes cada uno. Esta etapa es responsable de un porcentaje importante de las emisiones asociadas a la logística, por lo que es fundamental encontrar formas alternativas de mover los productos a lo largo y ancho de unas ciudades cada vez más saturadas y contaminadas.
Para que las entregas de última milla se alineen con la logística verde, puede utilizarse un sistema de hubs y micro hubs para acercar la mercancía a su destino y que permita que la entrega final al cliente se realice de forma más sostenible (andando, cargobike, patinete eléctrico…).
Embalaje eco-responsable
La reducción de materiales de embalaje y la elección de opciones biodegradables o más sostenibles son fundamentales en la logística verde. Esta máxima también se puede aplicar a los palets, cambiando los habituales de madera por otros más duraderos, como los de plástico reciclado, que evitan la deforestación de los bosques y no se deforman, astillan ni pudran.
Gestión de residuos
Se prioriza la correcta gestión de los residuos generados en las operaciones logísticas, promoviendo su reutilización, reciclaje o disposición responsable.
¿Cómo se relaciona la logística verde con la logística inversa?
La logística inversa se enfoca en la gestión de la cadena de suministro en sentido inverso, es decir, desde el consumidor hasta el fabricante. Está diseñada para gestionar de manera eficiente los productos devueltos, reciclaje de materiales y su reintegración en la cadena de suministro. Así, la logística inversa es solo una parte de la logística, aquella que se da en el postconsumo y postventa para dar una nueva vida al producto o a sus materiales (por ejemplo, recogida de cápsulas de café para su reciclaje).
La logística inversa comparte algunos objetivos con la logística verde:
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Eficiencia energética: Al gestionar de manera eficiente la recolección y el transporte de productos devueltos, se reduce el consumo de energía y las emisiones asociadas, en línea con los principios de la logística verde.
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Optimización de recursos: La logística inversa permite aprovechar los recursos y materiales contenidos en los productos devueltos, reintroduciéndolos en la cadena de suministro, lo que reduce la necesidad de producir nuevos productos y disminuye la demanda de materias primas.
Aunque la logística inversa y la logística verde tienen diferentes campos de actuación, ambas comparten los objetivos de minimizar el impacto ambiental y optimizar los recursos y la reutilización, reducción y reciclaje de materiales.
Así, no hay logística verde sin una buena logística inversa. Y, del mismo modo, la logística inversa, bien ejecutada, es una fase imprescindible dentro de la logística verde. Juntas son dos enfoques complementarios que buscan una gestión más sostenible de la cadena de suministro.
Al integrar estos enfoques en sus operaciones, las empresas pueden marcar la diferencia en la protección del planeta y en la construcción de una sociedad más justa.
En FUNDACIÓN JUAN XXIII contamos con el primer y único Centro Especial de Empleo, sin ánimo de lucro de España, con certificación como operador logístico.
Ofrecemos un servicio de logística integral 360º donde gestionamos desde la optimización de procesos y el almacenaje hasta la logística inversa, en un modelo 100% sostenible y social.
Además de poner el foco en la protección del medioambiente, nuestro modelo crea empleo protegido para personas con discapacidad y revierte todos los beneficios en mejorar la calidad de vida de personas en situación de vulnerabilidad psicosocial. De este modo, los procesos logísticos pueden sumar valor social y medioambiental a cualquier empresa.