Los cultivos hidropónicos son un aliado perfecto para el sector de la restauración, ya que permiten tener acceso a vegetales hiperfrescos para crear una experiencia única: del cultivo al plato en cuestión de minutos. Restaurantes, caterings, cafeterías, pastelerías y hoteles pueden sacar mucho partido a este tipo de cultivos, que va un paso más allá de los conocidos huertos urbanos, aportando muchas ventajas adicionales.
¿Cómo aprovechar los cultivos hidropónicos en el sector restauración y cuáles son sus ventajas? Te lo contamos.
Un cultivo hidropónico es aquel que prescinde totalmente de la tierra para cultivar los alimentos. Funciona con las raíces en suspensión; y es el agua quien se encarga de llevar todos los nutrientes necesarios para el crecimiento hasta las raíces de los vegetales. Se trata de un sistema eficaz, que elimina muchos de los problemas de los cultivos tradicionales.
Son muchos los negocios de restauración que están apostado por este sistema para responder a la demanda cada vez mayor de productos ecológicos y de proximidad. Los cultivos hidropónicos permiten así disponer de plantas aromáticas, verduras, frutas, flores comestibles y otros productos frescos, que se pueden recolectar al momento del cocinado. De este modo, se pueden recoger en el momento de maduración óptimo, con todo el sabor y todos los nutrientes del alimento.
Se trata de una manera de diferenciarse y ofrecer toda una nueva experiencia a los clientes, una experiencia ‘del huerto al plato’, pero con muchas más facilidades que recurrir a un huerto urbano tradicional.
Es necesario menos espacio. Los cultivos hidropónicos son más compactos que los cultivos tradicionales y pueden instalarse en horizontal o en columnas verticales, aprovechando el espacio al máximo.
Son sostenibles. Sin tierra, se necesita emplear menos cantidad de agua para llevar los nutrientes a las raíces. De hecho, se calcula que los cultivos hidropónicos gastan un 10% del agua que se necesitaría para un cultivo tradicional. Por otro lado, se trata de un entorno controlado, por lo que no es necesario recurrir a pesticidas, resultando en un control fitosanitario más sencillo. Además, son productos de kilómetro cero, ya que se pueden cultivar en entornos sencillos, como una sala habilitada.
Más sabor. ¿Hace cuánto que no tomas una fresa recogida en su momento óptimo de maduración? Recoger los alimentos in situ aporta mucho más sabor y nutrientes.
Siempre a mano. Los cultivos hidropónicos permiten tener más estabilidad de las producciones a lo largo del año, si se complementan con sistemas de luz artificial. También permiten acceder a productos difíciles de encontrar y tenerlos disponibles todo el año. De este modo, siempre contarás con los productos que necesitas, hiperfrescos y de kilómetro cero.
Valor diferenciador. Que los ingredientes de los platos nazcan entre las propias paredes del restaurante es toda una experiencia y un factor de diferenciación frente a los clientes.
Desde el equipo de Soluciones Verdes de FUNDACIÓN JUAN XXIII diseñamos e implementamos sistemas de cultivos hidropónicos para servicios de restauración que no solo ofrecen ventajas económicas, de sabor y sostenibilidad, sino que también ayudan a construir una sociedad más justa para todas las personas.
Apostando por los servicios de FUNDACIÓN JUAN XXIII estarás contribuyendo a financiar proyectos para mejorar la calidad de vida y la inclusión sociolaboral de personas en situación de vulnerabilidad psicosocial y estarás ayudando a crear empleos de calidad para las personas con discapacidad que trabajan en este servicio.
Contamos con un equipo multidisciplinar que te asesorará en todo momento para seleccionar la mejor solución para tu empresa e implementarla para que puedas empezar a sumar a tus preparaciones valor social y todo el sabor de los productos hiperfrescos.