Las cajas de compostaje, también conocidas como composteras, son recipientes que están diseñados para llevar a cabo el proceso de compostaje. Normalmente, tienen la forma de un gran cajón, aunque también pueden ser giratorias.
En una caja de compostaje se favorece el proceso natural de transformación de la materia orgánica que se genera (restos del almuerzo, ramas, restos del huerto…) en compost, es decir, abono de gran calidad.
El compost provee los tres elementos esenciales para la vida de las plantas: nitrógeno, fósforo y potasio, además de otros elementos y minerales necesarios para obtener una tierra fértil.
Se trata de un proceso que, además de ser medioambientalmente sostenible, tiene mucho valor educativo. Por eso, te contamos todo lo que se puede enseñar a través de una caja de compostaje.
1. Aprendizaje sobre el ciclo de la materia orgánica. Ayuda a entender cómo elementos como el carbono, el fósforo o el nitrógeno se mueven a través de los subsistemas terrestres: atmósfera, biosfera, hidrosfera y geosfera.
2. Despierta el interés por la ciencia. Permite poner en práctica el método científico y despertar el interés por la ciencia mediante la observación, la experimentación y el registro de resultados.
3. Aprendizaje de otros conceptos químicos. El uso de los instrumentos necesarios para la medición del compost (termómetro, humidímetro, medidor de PH…) ayuda a trasladar a un terreno práctico los conceptos que se explican en la escuela.
4. Respeto por el medioambiente. Se trata de una gran oportunidad para educar en el respeto al medioambiente y en la importancia que todos sus elementos, incluso los más pequeños, tienen para el equilibrio ecológico. Así, las lombrices o los microorganismos (presentes o incorporados a propósito) de las cajas de compostaje tienen la monumental función de transformar la materia.
5. Conciencia sobre la producción de residuos. De los desperdicios de nuestras casas, aproximadamente el 40% es material orgánico. Además, los residuos orgánicos retienen un gran contenido en agua, por lo que pesan mucho. Si evitamos que vayan al basurero gracias al compostaje, evitaremos la contaminación asociada a su traslado hasta vertederos y ayudaremos a evitar contaminar el agua y el suelo.
6. Beneficios para el jardín o huerto escolar. El compost ahorra agua, ayuda a mantener la tierra húmeda, reduce las necesidades de fertilizantes comerciales, ayuda a equilibrar el PH de la tierra, protege a las plantas de las sequías y las heladas, reduce la maleza (si se usa como mulching o acolchado) y ayuda a controlar la erosión del suelo, entre muchos otros beneficios.
7. Es una actividad participativa. Los alumnos pueden responsabilizarse del seguimiento y mantenimiento de la caja de compostaje. También se puede involucrar a toda la comunidad educativa para que aporte el material vegetal que tenga (restos del comedor o la cafetería, restos de las meriendas, hojarasca y ramas del patio del colegio, etc).
Desde FUNDACIÓN JUAN XXIII hemos puesto en marcha el proyecto “The Inclusive Circular Lab: proyecto de innovación educativa y sostenibilidad”, una apuesta para involucrar a centros escolares en un programa de economía circular y ciencia ciudadana, a través de proyectos de investigación y compostaje de residuos orgánicos.
Se trata de una iniciativa inclusiva, abierta a todos los colegios interesados y liderada por profesionales con discapacidad intelectual que transmiten su conocimiento a los participantes del proyecto a través de la realización de talleres formativos gratuitos, de la entrega de material didáctico de apoyo a los docentes y de la asistencia técnica a los colegios participantes.
En esta segunda edición se suman al programa cinco centros escolares de la Comunidad de Madrid:
CEIP Maestro Padilla
CEIP Pinar de San José
IES La Senda
IES Madrid Sur
Colegio Montserrat – FUHEM
¿Qué te parece esta iniciativa? ¿Te gustaría unirte a la Red de Escuelas que compostan?