La atención temprana aparece como una de las iniciativas clave dentro del marco general del desarrollo infantil, la intervención educativa y la salud.
Partiendo de la base de los primeros años de vida como fundamentales para el desarrollo físico, cognitivo y emocional de las personas, son muchas las perspectivas desde las que se pueden abordar los proyectos de atención temprana. En este contexto, la analizamos desde el enfoque de la estimulación sensorial.
La atención temprana es un conjunto de intervenciones dirigidas a niños y niñas desde el nacimiento hasta los 6 años que presentan (o que están en riesgo de desarrollar) algún tipo de trastorno o retraso en su desarrollo.
Para ello, se vale de la enorme plasticidad del cerebro en los primeros años de vida como motor para intervenir y expandir las capacidades de los niños y niñas hasta alcanzar su verdadero potencial.
En vistas a ello, equipos de profesionales multidisciplinares especializados en desarrollo infantil se ocupan de impulsar el avance de los niños y niñas a su cargo, en vistas a desarrollar al máximo sus capacidades físicas, intelectuales y afectivas.
De este modo, la atención temprana puede orientarse a las siguientes áreas:
Desarrollo cognitivo, capacidades de aprendizaje y resolución de problemas.
Desarrollo motor y mejoras en movilidad, coordinación y control del cuerpo.
Desarrollo del lenguaje: adquisición y el uso del lenguaje, tanto oral como gestual.
Desarrollo social y emocional: en vistas a relacionarse con los demás y saber manejar sus propias emociones.
A su vez, el Libro Blanco de la Atención Temprana también recuerda que las intervenciones pueden orientarse también a la familia y el entorno del niño o niña. Por lo tanto, la atención temprana también resulta útil para favorecer la integración familiar, educativa y socioambiental de los pequeños y pequeñas, y atender a las necesidades de la familia y el entorno para favorecer su desarrollo.
Las iniciativas de estimulación sensorial destacan como parte de la atención terapéutica que ofrecemos en FUNDACIÓN JUAN XXIII. Se trata de una metodología de trabajo que entiende que los cimientos del desarrollo humano se hallan en los aprendizajes vinculados al Sistema Nervioso Central (SNC), donde la base se halla en los sistemas sensoriales básicos del ser humano: táctil, vestibular y somático.
Entendiendo que solo a partir de su estimulación se pueden construir el resto de aprendizajes (por ejemplo, el verbal y comunicativo), este enfoque se centra en construir una buena base.
Para ello aparecen instrumentos como la estimulación multisensorial Snoezelen, una sala que permite estimular los sentidos (vista, tacto, oído…) y la propiocepción, dando los primeros pasos para el desarrollo de sensaciones y percepciones.
En la sala, cada participante está acompañado por un acompañante y se genera un ambiente controlado y relajante, que propone estímulos sensoriales externos y sensaciones internas a través de los sistemas sensoriales propioceptivo y vestibular. Pantallas interactivas, camas de agua, paneles olfativos y elementos sonoros van generando la estimulación sensorial que, en última instancia, permite la comprensión de uno mismo, de los demás y del entorno que los rodea.
Todo ello desde una perspectiva donde el juego está en el centro, y entendiendo a cada niño o niña como un sujeto activo en su propio desarrollo. Es más, creemos firmemente en que ayudarles a desarrollar su iniciativa va a ser decisivo en los resultados de cualquier proceso de atención temprana. Por ello, en nuestras intervenciones, los pequeños toman decisiones, planifican tareas, establecen relaciones, ven cómo aparecen nuevas emociones… preparándose para seguir avanzando en el desarrollo de sus capacidades.
A través de esta innovadora iniciativa, en FUNDACIÓN JUAN XXIII aportamos valor a nuestros servicios de Atención Temprana, que se convierten en un acompañamiento integral para los más pequeños y sus familias. Todo con un objetivo: que las personas usuarias alcancen el mayor grado de autonomía y desarrollen sus capacidades y potencial en un momento clave que puede marcar la diferencia en su vida adulta.