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¿Qué es la última milla sostenible e inclusiva?

Escrito por Fundación Juan XXIII | 12/04/21 7:00

Transportar mercancía es una labor compleja. Se requiere de capital, maquinaria, vehículos, personal y de una logística cuidadosamente estudiada para optimizar los procesos y mejorar la eficiencia con el objetivo de que los clientes queden satisfechos y mejorar su experiencia de usuario.

En esta ocasión, nos centraremos en el último eslabón de la cadena logística que últimamente ha tomado especial protagonismo, derivado de los nuevos hábitos de consumo y del crecimiento exponencial del modelo e-commerce que ha impactado disparando en cifras los envíos a domicilio, acentuándose aún más derivado de la pandemia COVID-19. Te hablaremos sobre la importancia y el impacto de la última milla en la ciudad y del reto de afrontarla de manera sostenible e inclusiva.

 

El concepto de la última milla

Cuando hablamos de la última milla nos referimos a la etapa final de la distribución de mercancía, pues en ella se entregan los paquetes dentro de la localidad, tras haber viajado desde su lugar de producción o desde el almacén de origen. Usualmente este último tramo requiere recorrer una milla o menos, de ahí su nombre.

Se trata de un concepto muy popular y en auge estos días, convivimos en la ciudad con la circulación de camiones, furgonetas, motos, bicicletas y patinetes eléctricos llevando productos hasta las direcciones finales de entrega.

Se trata, en definitiva, de una distribución más pormenorizada que necesita de más vehículos con menos volumen de paquetes cada uno.

La situación de pandemia y el auge y crecimiento exponencial del comercio electrónico han puesto de manifiesto lo relevante que es la última milla en las cadenas de distribución y la importancia optimizar y planificar correctamente las rutas de reparto para que los costes de transporte no se disparen, a lo que hay que sumar los enormes costes ecológicos y de usabilidad de las ciudades derivado de este modelo.


 

¿Qué es la última milla sostenible e inclusiva?

A pesar de que las distancias sean cortas, cada transporte de mercancía significa emplear vehículos, normalmente de gasolina o diésel, lo que deriva en combustión de hidrocarburos y emisiones de CO2. Por eso es crucial buscar formas alternativas de mover los productos a lo largo y ancho de unas ciudades cada vez más pobladas, que demandan mayor cobertura e inmediatez.

¿Una solución? La última milla sostenible e inclusiva. Se trata de un modelo alternativo para resolver el canal B2C y B2B. 

En FUNDACIÓN JUAN XXIII disponemos de distintos Hub o almacenes de consolidación cercanos al centro de las grandes ciudades. En estos almacenes se posiciona en gran volumen la mercancía del modelo ecommerce para su identificación, clasificación y consolidación. Una vez codificada la mercancía en el sistema, se procede a través de diferentes tecnologías a la creación y optimización de rutas, según las diferentes zonas en las que se divide la Ciudad. 

Dentro de cada zona tenemos posicionado un MicroHub o pequeño almacén donde se posiciona a través de transporte ecoeficiente (furgonetas eléctricas) la mercancía de cada código postal. En cada MicroHub, se procede a enrutar la mercancía a través de un optimizador de rutas vía smartphone para asignar a cada miembro del equipo de repartidores los paquetes que deberá entregar en su zona. 

El sistema permite la comunicación continua y directa del cliente con el andarín o repartidor para ajustar o modificar las horas y sitios de entrega. El modelo permite una perfecta trazabilidad de las mercancías en todo el proceso de última milla. El reparto se realiza de forma 100% sostenible (andando, cargobike, patinete eléctrico) y con personas con discapacidad y en riesgo de exclusión.

Resolvemos, por tanto, un problema de gran impacto en la cadena de suministro de forma eficiente, sostenible e inclusiva.

La organización de las rutas también es esencial para que estas sean lo más eficaces posibles, causando así un menor impacto ambiental.

 

Logística de la última milla

Hacer entregas de productos en la última milla es un procedimiento que requiere de minuciosa planificación, ya que los bienes a transportar no deben sufrir daños y las entregas deben realizarse en los plazos estipulados, tiempos que se han ajustado enormemente derivado de la inmediatez del modelo ecommerce en la mejora de experiencia de usuario.

Para lograr todo eso, la empresa o su partner logístico deberá optimizar las rutas de entrega, mejorar los factores de carga, seleccionar cuidadosamente los vehículos empleados en la flota y diseñar un layout que facilite el acceso a las áreas de carga y descarga y que nos permitan realizar un picking dinámico y eficiente. 

Desde la Fundación, único Centro Especial de Empleo acreditado como operador Logístico, nos ocupamos de la gestión integral de la cadena de suministro (SCM). A través de proyectos ad hoc con soluciones 360º de triple impacto, sumamos a la cadena de valor de nuestros clientes. 

La empresa social se posiciona así como solución a los enormes desafíos globales.

Además, nuestro servicio de logística integral aporta valor social a tu empresa:

    1. Permite que tu empresa cumpla con la Ley General de Discapacidad, una normativa que se aplica a las empresas de 50 o más empleados.

    2. Tiene un carácter solidario y puede alinearse con las políticas de RSC de la empresa.

    3. Apoya un mundo más justo para todas las personas, también para aquellas que requieren más apoyos, como las que tienen discapacidad intelectual.

    4. Contratando este servicio estarás cumpliendo con los siguientes ODS (Objetivos de Desarrollo Sostenible) de la ONU.

Con una última milla sostenible e inclusiva contribuirás a un mundo mejor, más limpio y sostenible. Si lo haces de la mano de FUNDACIÓN JUAN XXIII, también estarás construyendo un mundo más justo. Contáctanos y transforma tu empresa en una empresa socialmente responsable.