¿Qué son las inversiones basadas en criterios ESG?
Incorporar criterios ESG en el análisis de inversión y procesos de toma de decisiones es uno de los 6 Principios para la Inversión Responsable (UNPRI) de la ONU. Los criterios ESG son criterios de inversión basados en analizar variables que el análisis puramente financiero no tiene en cuenta, pero relevantes a la hora de considerar una inversión en el presente y de cara al futuro. Son las variables sociales, ambientales y de gobierno corporativo.
Las inversiones basadas en criterios ESG, también denominadas inversiones sostenibles y responsables (ISR), son aquellas en que se aplican 3 niveles en el momento de elegir los activos en los que se invierte.
La pandemia provocada por la Covid-19 y la consecuente crisis económica y social ha hecho que se conceda cada vez más protagonismo a los criterios ESG. A esto se suma la creciente preocupación por el cambio climático, que también ha hecho que las inversiones sostenibles capten cada vez más miradas. Y es que, si las empresas logran generar un valor perdurable, tanto la sociedad como los accionistas salen beneficiados.
Por todo esto, los criterios ESG son un factor a trabajar por las empresas que buscan inversión.
¿Cuáles son los 3 niveles de los criterios ESG?
1. Factor ambiental (o E, de Environmental)
Se valoran los criterios relacionados con el cuidado y preservación del medioambiente y la naturaleza. Hablamos del control de emisiones contaminantes, la gestión responsable de los residuos o el uso racional de recursos naturales y de energías.
¿Cómo mejorar este nivel?
Las soluciones verdes de FUNDACIÓN JUAN XXIII, como huertos urbanos, cubiertas vegetales, jardines verticales, sistemas de compostaje o sistemas de recuperación del agua actúan sobre el entorno de la empresa haciéndolo más sostenible.
Contratando energía verde con JUAN ENERGY, también podrás mejorar el factor ambiental, ya que las energías verdes son inagotables y apenas generan emisiones de gases contaminantes, ayudando así a reducir la huella de carbono de la empresa.
2. Factor Social (o S, de Social)
El factor social se relaciona con la forma de gestión de una compañía refiriéndose a las personas afectadas por su actividad, como los proveedores, empleados y otros.
Se incluyen aspectos como salud en la empresa, el fomento de la diversidad e igualdad laboral, la mejora de las condiciones de trabajo o la formación. Abarca tanto el ambiente social en el espacio de trabajo como los vínculos que se trazan con la comunidad.
¿Cómo mejorar este nivel?
Todos los servicios que ofrecemos desde FUNDACIÓN JUAN XXIII (outsourcing, logística, catering, eventos responsables, marketing, soluciones verdes…) tienen importante un componente social y solidario, porque a través de ellos se materializa la inclusión laboral de muchas personas con discapacidad, principalmente intelectual, y porque tienen un fin solidario, ya que que los beneficios se destinan a apoyar a personas en riesgo de vulnerabilidad psicosocial.
Otra de las formas de mejorar el factor social es velar por la diversidad y la inclusión de la empresa, contratando a personas con discapacidad o en riesgo de exclusión y sensibilizando a la plantilla para derribar ideas preconcebidas sobre la discapacidad.
3.Factor gobierno corporativo (o G, de Governance)
Este factor es el que se relaciona con la gestión y liderazgo de la compañía, la retribución de sus directivos, políticas internas, transparencia, controles internos, ética empresarial y más.
Estos criterios son importantes indicadores de calidad de las empresas. Son los que definen su responsabilidad con la sociedad y favorecen sus políticas de transparencia y RSC.
El auge de las inversiones con criterios ESG
La sostenibilidad es una preocupación cada vez más palpable por la sociedad. La conciencia social aumenta a todos los niveles, hasta exigir a las empresas una responsabilidad mediante la cual no basta con generar una rentabilidad financiera. Se requiere también contribuir positivamente en la sociedad.
En Europa los activos en fondos ESG son un 15% del total, y se espera que en el 2025 sean alrededor de un 50%. La tendencia será al alza, teniendo en cuenta que desde hace años estos fondos proporcionan mayor rentabilidad que los demás.
Una buena calificación ESG (hay varias compañías que analizan las empresas para verificar si cumplen con los requisitos ESG, otorgándoles una calificación de acuerdo con sus actividades) ayuda a los inversores a identificar empresas que lideran la industria pero que no son captadas en el análisis financiero convencional.
Cada vez más inversiones se interesan por incluir los factores ESG en sus carteras. Y es que la sostenibilidad y la responsabilidad son una apuesta clara por el futuro.