Los fallos y las fortalezas de cualquier supply chain se han puesto de manifiesto durante el año 2020. Seguir operando durante las restricciones impuestas por la pandemia es todo un reto y, mientras unas cadenas de suministro fracasan (desabastecimiento, rotura de stocks, demora en entregas…), otras consiguen sobreponerse, manteniendo un buen servicio en todo momento gracias a una buena organización.
Por eso, en este post hablaremos de una supply chain óptima y cuáles son las claves para operar durante la pandemia.
Una supply chain óptima tiene que lograr que el producto llegue en las condiciones de calidad requeridas por el cliente, en el lapso de tiempo acordado y además a un precio justo.
Cuando las circunstancias del entorno cambian, una supply chain eficiente debe ser capaz de ser flexible y adaptarse a los cambios de forma rápida, tanto a las situaciones previsibles como a las imprevisibles.
Para lograr la eficiencia en una cadena de suministros confluyen varios factores, uno de ellos es disponer de un lugar de almacenamiento suficientemente amplio que nos pueda permitir cierta autonomía de operaciones durante un periodo de tiempo, contar con un abanico de proveedores, por si alguno falla, o tener un sistema de entrega de productos que pueda operar bajo circunstancias extremas.
La agilidad en una cadena de suministros o Agile Supply Chain es clave para operar en pandemia. Si la estructura de la supply chain es capaz de adaptarse a los cambios constantes en la tecnología, a los ciclos de vida de los productos y a los vaivenes en las tendencias de los mercados ya tiene un gran camino ganado.
Es evidente que la pandemia ha generado cambios en los hábitos de consumo de las personas, disparando la demanda de ciertos productos: bicicletas, muebles para trabajar desde el hogar, ciertos productos de cosmética y cuidado personal o herramientas para el hogar. Anticiparse a esta demanda o responder rápidamente ante ella es fundamental.
La agilidad implica poder responder a los contextos así como a las necesidades de los clientes y los mercados en el menor tiempo posible. Esto involucra también a proveedores y canales comerciales, los cuales deben trabajar coordinadamente y complementarse para lograr una supply chain óptima.
La resiliencia es la capacidad de afrontar la adversidad saliendo fortalecidos de la misma. Una cadena de suministros resiliente tiene que reaccionar rápidamente y de forma rentable a las exigencias del mercado.
Contar siempre con un plan B es fundamental para poder reaccionar con rapidez. Por ello, es necesario trazar estrategias para varios escenarios que nos permitan estar preparados ante cambios drásticos que puedan provenir tanto de nuestros proveedores como de las demandas de nuestros clientes, sin que la rentabilidad se vea afectada.
La filosofía LEAN se basa en eliminar todas las fases o procesos de la supply chain que no aporten valor. Así, se busca eliminar costes de producción sin reducir el valor del producto.
Para determinar los pasos que se pueden eliminar, es fundamental un análisis exhaustivo de la supply chain que permita identificar aquello que está causando un sobrecoste y que no mejora el valor del producto. Por ejemplo, algunos de los defectos que podemos detectar en la cadena de suministro son tiempos de espera demasiado largos, sobreprocesado, exceso de oferta...
Una supply chain óptima tiene que saber sacarle provecho a todos los datos que puede obtener de la tecnología de la información. La tecnología permite tomar decisiones informadas, analizar la situación logística actual, detectar tendencias y adelantarse a los errores.
Hoy en día se usa mucho la recopilación de datos basadas en ventas. Es más probable acertar en una estrategia si los datos de los que dispones están tomados en tiempo real o están actualizados que si provienen de datos recopilados sobre compras que tus clientes han efectuado en otra temporada similar (por ejemplo, el mismo mes del año pasado). Y es que la pandemia ha trastocado el mercado de tal manera que las ventas no tienen nada que ver con años anteriores.
Así, se hace necesario un cuadro de mandos que recoja adecuadamente la tendencias en la demanda. De esta manera la supply chain es capaz de leer y responder a la demanda real y, por lo tanto, podrá operar en pandemia bajo circunstancias nuevas y cambiantes.
La automatización es clave para lograr una supply chain fuerte, donde los procesos tengan una línea de tiempo previsible e inalterable independientemente de las alteraciones que puedan ocurrir en el ámbito social, económico o sanitario.
Una supply chain óptima debe contar con un servicio de entrega que pueda seguir operando aunque se presenten imprevistos. Un partner de transporte que haga uso de transporte multimodal y que se maneje en entregas multipunto B2B y B2C, a nivel nacional e internacional, te ayudará en este punto.
Si necesitas refuerzos en la fase logística de tu cadena de suministro, desde el servicio de logística integral de FUNDACIÓN JUAN XXIII podemos echarte una mano.
Empresas como Cepsa, Schweppes, Mapfre, Air Europa o Grupo Zena ya confían en nuestra capacidad para responder rápidamente ante sus necesidades
Podemos ayudarte a gestionar tu aprovisionamiento y compras, a optimizar los costes, en la ingeniería y reingeniería de procesos o en la implantación y mejora de operaciones (LEAN).
También podemos encargarnos directamente de cualquiera de las fases del proceso (aprovisionamiento, almacenaje, preparación de pedidos, distribución y transporte, logística inversa o realización de manipulados industriales).
Gracias a nuestra estratégica ubicación en el Corredor del Henares, disfrutamos de una excelente comunicación con Madrid y otros municipios cercanos, lo que nos permite dar un servicio ágil y eficaz, incluso en tiempos de pandemia. Además, también te ayudamos en el cumplimiento de la Ley General de Discapacidad.
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