El deporte es bueno para todas las personas, también para las personas con discapacidad, quienes pueden encontrar en la práctica del deporte ventajas que van más allá de una mejor salud y forma física. Por eso, en este artículo te contamos los beneficios del deporte en personas con discapacidad, algunas de las barreras que todavía quedan por romper y algunas de las iniciativas que, desde FUNDACIÓN JUAN XXIII, hemos llevado a cabo en este sentido.
Beneficios físicos. El deporte mejora la condición física en general (resistencia, movilidad, velocidad, flexibilidad…), la coordinación, la orientación y el equilibrio. Además, mejora la salud, al prevenir enfermedades asociadas al sedentarismo y al mejorar funciones vitales como la respiratoria, la cardiovascular e incluso la renal.
Fomenta la inclusión social. Más allá de los evidentes beneficios físicos de hacer deporte, también existen muchos beneficios sociales. Las personas con discapacidad que practican deporte con asiduidad se sienten más incluidas en la sociedad, se relacionan entre iguales y desarrollan habilidades sociales y un sentimiento de pertenencia al grupo.
Mejora la autoestima. Otro beneficio del deporte en personas con discapacidad es que estas se ven reconocidas y valoradas, mejoran la idea que tienen sobre sí mismas y dejan atrás sentimientos de marginación.
El deporte educa de manera implícita. Hay muchos valores intrínsecos al deporte, como la cooperación, la disciplina, la perseverancia, la confianza en el compañero de equipo o la aceptación de las normas.
Permite expresar emociones, como la ira, la frustración, la desilusión o el miedo de enfrentarse a nuevas situaciones, y aprender a trabajarlas. También permite experimentar emociones positivas, como la libertad, la alegría y la satisfacción.
Independientemente del tipo de discapacidad que tengan, la mayoría de las personas con discapacidad pueden realizar algún tipo de deporte, ya sea adaptado a ellas o de forma inclusiva, practicándolo de forma recreativa junto a personas sin discapacidad.
Simplemente, para obtener todos los beneficios del deporte en personas con discapacidad, hay que escoger la práctica deportiva teniendo en cuenta las capacidades físicas de cada persona, sus intereses, su ritmo individual, su grado de madurez motriz y sus circunstancias personales.
De acuerdo con los datos de la última ‘Encuesta de discapacidad, autonomía personal y situaciones de dependencia’ (EDAD 2020), apenas el 33,34% de la población con discapacidad dedicaba su tiempo libre a realizar algún tipo de ejercicio físico.
Pese a esto, el ejercicio físico figura como primera opción en la lista de actividades a las que las personas con discapacidad desearían dedicar su tiempo libre, muy por encima de la segunda opción, que es viajar (27,80% frente al 13,63%).
La población con discapacidad se enfrenta todavía a barreras considerables a la hora de participar en actividades de ocio y tiempo libre, como la práctica de actividades deportivas generales y específicas. Por eso, la ‘Convención sobre derechos de las personas con discapacidad’ insta a los países firmantes a seguir trabajando para fomentar el deporte en las personas con discapacidad.
Desde FUNDACIÓN JUAN XXIII nos esforzamos por fomentar la práctica deportiva entre las personas con discapacidad, como una alternativa más dentro de las muchas actividades que ponemos en marcha para que puedan disfrutar más de su ocio y tiempo libre.
También trazamos alianzas para lograr que el deporte sea más inclusivo. Junto a otras fundaciones, como Grupo Envera, Fundación Down Madrid, Fundación Capacis, Fundación A LA PAR, Fundación Prodis, Fundación Buen Samaritano, Cruz Roja Española y Femaddi, hemos colaborado para que el Zúrich Rock 'n' Roll Running Series Madrid, una de las pruebas de atletismo más importantes de España, se convirtiese en el primer maratón inclusivo. Así, el pasado abril, 10 personas con discapacidad intelectual completaron el recorrido de 42 kilómetros y 195 metros, mediante relevos de 2 kilómetros.
El objetivo de estas iniciativas es demostrar que el deporte es mucho más que competición: también derriba barreras, conciencia sobre la inclusión y permite reducir las desigualdades existentes en la sociedad.