La transición hacia energías sostenibles no es un concepto vacío o un deseo por cumplir, sino una serie de acciones que permiten a las empresas demostrar su conciencia ambiental y acceder a toda una serie de beneficios.
Por un lado, hablar de transición hacia energías sostenibles en las empresas es hablar de responsabilidad corporativa. Así, adoptar este tipo de energía implica una muestra tangible del compromiso de la empresa con el medio ambiente.
No obstante, ser más sostenible hoy es también un paso para reducir costes asociados a la energía convencional y algunos de sus riesgos. La realidad es que el uso de combustibles fósiles expone a las empresas a la volatilidad de sus precios. Además, se deben tener en cuenta también las regulaciones ambientales cada vez más estrictas, que empujan a las empresas a realizar esta transición hacia la energía verde.
¿Existe una fórmula que permita mejorar la imagen de marca, ganar ventajas competitivas y cumplir regulaciones ambientales? La respuesta es la transición hacia energías sostenibles. Te lo contamos.
Qué son las energías sostenibles
Las energías sostenibles son aquellas que son extraídas de fuentes naturales inagotables o que se regeneran de manera continua.
Estas fuentes de energía se consideran positivas para el medio ambiente porque no agotan los recursos naturales finitos y no causan daño permanente al medio ambiente, a diferencia de otras fuentes de energía como los combustibles fósiles.
A medida que se avanza en el desarrollo de economías verdes, se emplean diversos tipos de energías sostenibles, siendo algunas de las más conocidas y aplicadas la energía fotovoltaica, la eólica, la hidroeléctrica o la geotérmica.
En cualquier caso, las siguientes son algunas de las características que ha de reunir una fuente de energía para considerarse sostenible:
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Proviene de fuentes que se regeneran naturalmente y no se agotan con el uso continuo.
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Produce bajas emisiones de gases de efecto invernadero y un bajo impacto ambiental (en lo que se refiere a contaminantes o residuos)
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Contribuyen al desarrollo sostenible, proporcionando una energía limpia y accesible sin comprometer a generaciones futuras y su desarrollo
4 formas de incorporar energías sostenibles en una empresa
1. Instalación de paneles solares
Incorporados a tejados o terrenos de una empresa, los paneles solares permiten generar electricidad a partir de la luz solar, reduciendo la dependencia de la red eléctrica convencional.
Además de los beneficios ambientales, los paneles solares son una forma de acceder a energía con un menor coste. Así, las cifras de ahorro se sitúan en torno al 40% o el 60% anual en la factura, logrando la amortización en un período de entre 6 y 10 años.
2. Sistemas de energía eólica
Puede considerarse la instalación de turbinas eólicas para generar electricidad a partir del viento. No obstante, ofrecen algunas desventajas frente a los paneles solares, ya que la viabilidad de un sistema de energía eólica depende en gran medida de la disponibilidad y la consistencia del viento en la ubicación específica de la empresa.
Además, este tipo de proyecto suele ocupar un mayor espacio y requerir infraestructura adicional, como torres y palas de aerogeneradores.
3. Calentadores solares de agua
Las placas solares pueden utilizarse asimismo para calentar el agua sin necesidad de emplear la red eléctrica o combustibles fósiles.
4. Compra de energía renovable
Las tres formas anteriores de incorporar energías sostenibles implican poner en marcha el autoconsumo: la energía se produce donde se va a consumir (en las propias instalaciones de la empresa) y de forma sostenible.
Otra opción es la compra de energías sostenibles. Se trata de los llamados acuerdos de compra de energía (PPA), en los que la empresa colabora con una comercializadora de energía verde para obtener energía de proyectos sostenibles (solares, eólicos u otros) para su uso.
Energías sostenibles y solidarias: descubre Juan Energy
Como acabamos de ver, el autoconsumo con placas solares para empresas se alza como una de las soluciones más ventajosas para incorporar energías sostenibles. Se trata de una opción que permite a las empresas producir energía 100% verde para su autoconsumo.
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