La jardinería sostenible y solidaria posee un poder transformador sin precedentes para las empresas que buscan un cambio hacia un modelo más justo y alineado con el medio ambiente.
Más allá de embellecer el paisaje, este enfoque respecto a la jardinería tiene en cuenta el poder de la naturaleza para fomentar las conexiones y la creación de comunidad. Además, estimula la responsabilidad ambiental, convirtiéndose en una herramienta poderosa para las empresas que buscan crear un impacto positivo.
En el contexto actual, es común encontrarse con organizaciones que buscan implementar cambios para lograr una oficina más sostenible, incluyendo la puesta en marcha de jornadas de sostenibilidad en la empresa.
No obstante, a menudo se pasa por alto la capacidad transformadora de convertir los espacios de una empresa en entornos verdes. Desde cubiertas vegetales en azoteas hasta huertos ecológicos y formación ambiental, son muchas las opciones que la jardinería sostenible y solidaria propone. Te las contamos.
En primer lugar, la jardinería sostenible se refiere a un tipo de jardinería que busca crear y mantener espacios verdes minimizando su impacto ambiental negativo. Este tipo de jardinería promueve la conservación de recursos(por ejemplo, el agua de riego), pero también busca la reducción de residuos, el fomento de la biodiversidad y el empleo de métodos orgánicos tanto en el cultivo como en el control de plagas.
Mediante este enfoque, se logran multitud de beneficios para el espacio verde, incluyendo un suelo fértil y saludable y la resiliencia en los cultivos, entre otros.
A esta forma de entender la jardinería se le añade una nueva capa al incorporar entre sus principios de solidaridad, cooperación y bienestar comunitario. Así, los proyectos de jardinería sostenible y solidaria implican que las personas trabajen juntas creando entornos verdes para todos, independientemente de su situación socioeconómica.
La jardinería sostenible y solidaria se convierte así en una herramienta poderosísima que va más allá de embellecer una zona verde.
Se genera así una alianza entre procesos de cultivo y mantenimiento sostenibles e integración social con el objetivo de fortalecer los lazos comunitarios y, en última instancia, mejorar la calidad de vida de las personas.
Demuestra un compromiso firme con el medio ambiente y la comunidad, siendo una potente acción dentro de la Responsabilidad Social Corporativa. La empresa pone de su parte en mitigar el efecto de isla de calor urbano y mejorar la calidad del aire, además de proporcionar hábitats para la vida silvestre
La creación de espacios verdes en las instalaciones de la empresa pueden ayudar a mejorar el bienestar de los empleados. Así, diversos estudios científicos han demostrado que la exposición a entornos verdes y al aire libre juega un papel fundamental en mejorar la salud mental
Algunas de las acciones de jardinería sostenible (como las cubiertas verdes o los huertos urbanos) se centran en mejorar la eficiencia térmica de los edificios, con una consiguiente reducción de costes en climatización.
Los espacios verdes suelen servir como punto de encuentro para los empleados de una empresa, lo cual fortalece los lazos sociales entre ellos y fomenta un sentido de pertenencia.
Cubiertas verdes: permiten aprovechar espacios no utilizados en la parte superior del edificio, generando jardines en las azoteas. Si son accesibles para los empleados, suponen un espacio agradable al que los empleados pueden acudir para las reuniones más informales. Pero, además, tienen una serie de beneficios medioambientales únicos, como la captura y retención de agua (reducción de escorrentía) y de CO2 atmosférico (mejorando el efecto isla de calor de las ciudades), y la preservación de la biodiversidad. El edificio queda, a su vez, mejor aislado a nivel térmico y acústico.
Huerto urbano: una solución innovadora de jardinería sostenible y solidaria que consigue promover prácticas sostenibles, a la par que mejorar la conexión de los empleados con la naturaleza. Este tipo de huerto proporciona alimentos a los empleados, pero también fomenta la colaboración y reduce el estrés gracias a la conexión con un espacio natural en las pausas durante la jornada laboral.
Jardines verticales: los muros verdes son una de las opciones preferidas para los espacios interiores en las oficinas. Además del atractivo estético que proporciona un jardín vertical bien diseñado, este tipo de instalación también contribuye a mejorar la calidad del aire interior (filtrando toxinas y aumentando los niveles de oxígeno), reduce el ruido ambiental y fomenta una mayor sensación de bienestar.
En Fundación Juan XXIII sabemos bien del potencial de la jardinería sostenible y solidaria. Por ello, ayudamos a las empresas que buscan promover un ambiente de trabajo más agradable, responsable con el medio ambiente y justo a generar espacios verdes únicos y llenos de vida.
A través de nuestro servicio, además, generamos empleo de calidad para personas con discapacidad intelectual, un objetivo que va directo al centro de la jardinería sostenible y solidaria y su potencial para nuestras sociedades.
Inclusión, ecología, conciliación y mejora en los entornos de trabajo son todos sinónimos de nuestras soluciones verdes de jardinería sostenible y solidaria. ¡Descúbrelas!