Ventajas de hacer aportaciones a entidades sin ánimo de lucro
Hacer aportaciones a entidades sin ánimo de lucro es esencial para conseguir poner en marcha y mantener diariamente proyectos que mejoran la vida de muchas personas.
Cada vez más empresas dan el paso de preocuparse no solo por sus clientes, sino también por su entorno. Por ello, se comprometen, en la medida de sus posibilidades, a apoyar causas sociales a través de donaciones al tercer sector.
Así, realizar aportaciones a entidades sin ánimo de lucro permite conseguir un cambio positivo en la sociedad, dejándolo en la mano de entidades que aseguran la continuidad del proyecto y que cuentan con experiencia en ese campo.
Además de contribuir a un objetivo común, las empresas también pueden beneficiarse directamente de estas aportaciones. Te contamos cómo.
Por qué realizar aportaciones a entidades sin ánimo de lucro
1. Refuerzo de la imagen corporativa
Uno de los principales cambios en los modos de consumo viene de la mano de la responsabilidad. Cada vez más personas ponen en la balanza los valores de una marca y su compromiso con la sociedad antes de comprarla. Si bien no se trata de un factor determinante para la mayoría de los españoles, es una tendencia que año a año se va manifestando cada vez con más fuerza.
Actualmente, un 26% de los españoles están dispuestos a pagar más por un producto ético y un 58% tiene dilemas, pero aspira a mejorar en el futuro sus formas de consumo para que sean más coherentes con sus valores.
En total, el 60% de los ciudadanos españoles valora en positivo que una marca tenga otros valores más allá del clásico calidad-precio, y el 22% elige siempre a marcas que los tienen.
De este modo, tres de los motivos que llevan a las empresas a hacer aportaciones a entidades sin ánimo de lucro son reforzar su imagen corporativa, mostrar su compromiso con el entorno e integrar valores en sus marcas. ¡Pero hay muchos más!
2. Mayor compromiso interno
El 88% de los empleados de la generación Millennial (los nacidos entre primeros años de los 80 y finales de los 90) consideran que su trabajo es más satisfactorio cuando se les da la oportunidad de influir positivamente en la sociedad.
Y es que una mayor afinidad con la cultura de empresa y los valores de la marca puede tener muchos resultados positivos en cuanto a la satisfacción y la retención del talento. Este efecto se magnifica si la empresa se implica y participa en jornadas divulgativas, de sensibilización, convivencias, voluntariado, etc.
3. Más influencia social
Las compañías socialmente comprometidas gozan de mayor influencia en la sociedad, en los líderes de opinión y tienen mejores relaciones con las administraciones.
4. Beneficios fiscales
La deducción para empresas por aportaciones monetarias a entidades sin ánimo de lucro sujetas a la ley 49/2002 (por ser una fundación o una asociación declarada de utilidad pública, por ejemplo) es del 35% sobre el Impuesto de Sociedades, con la posibilidad de que aumente al 40% al tercer año, si son donaciones plurianuales a la misma fundación por un importe igual o superior.
5. Cumplimiento normativo
Las aportaciones a determinadas entidades sin ánimo de lucro también permiten cumplir con la Ley General de Discapacidad (LGD), si se trata de entidades que favorecen la inclusión laboral de las personas con discapacidad.
Dicha normativa establece que las empresas con 50 o más empleados tienen la obligación de incluir en su nómina un 2% de empleados que presenten algún tipo de discapacidad, con un grado de esta igual o superior al 33%. No obstante, algunas empresas pueden encontrarse con problemas para cumplir con esta cuota, bien porque no consiguen localizar trabajadores con discapacidad o bien por causas económicas, organizativas, técnicas y de producción.
En todo caso, las empresas que no puedan cumplir con la cuota deben justificarlo ante los servicios de empleo y obtener así un certificado de excepcionalidad, que les permitirá cumplir con la LGD mediante una serie de medidas alternativas, una de las cuales es la realización de donaciones y patrocinio de proyectos, siempre de carácter monetario, para el desarrollo de actividades para la inclusión laboral de personas con discapacidad (formación, apoyos, creación de empleo…).
Así, aunque la contratación directa es la forma más inclusiva y las más recomendable de cumplir con la LGD (y tiene muchísimas ventajas para la empresa), las aportaciones a entidades sin ánimo de lucro que trabajan por la inclusión laboral, como FUNDACIÓN JUAN XXIII son una alternativa para las empresas que no pueden cumplir con la cuota.
De hecho, también pueden combinarse las aportaciones monetarias con la contratación directa de personas con discapacidad. Por ejemplo, si a una empresa le corresponde contratar a cinco personas con discapacidad y solo puede contratar a tres, puede cumplir por las dos restantes haciendo una donación monetaria a una entidad sin ánimo de lucro que trabaje por la inclusión.
Además, estas aportaciones también se benefician de las deducciones fiscales sobre el Impuesto de Sociedades antes mencionadas.
Como puedes ver, hacer aportaciones a entidades de lucro es una forma de mantener activos muchos proyectos que pueden lograr transformar la vida de muchas personas.
El apoyo de muchas empresas es fundamental para seguir cumpliendo sueños. Si quieres sumarte a esta fuerza imparable, puedes descubrir nuestros proyectos en activo y ayudar a los que más lo necesitan.