Tipos de discapacidad: ¿cuáles son y en qué se diferencian?

| por Fundación Juan XXIII

Conocer los tipos de discapacidad es un paso importante para fomentar cambios en la sociedad capaces de avanzar hacia modelos más igualitarios.

A pesar de las ideas preconcebidas, la discapacidad es muy diversa y heterogénea. Entender que cada persona con discapacidad tiene experiencias, necesidades y capacidades únicas es importante para evitar generalizaciones y avanzar hacia un enfoque inclusivo que garantice accesibilidad y apoyos razonables según cada situación.

Además, conocer los tipos de discapacidad es también un paso adelante para las empresas que desean mejorar su impacto social y cumplir con la Ley General de Discapacidad.

Por ello, analizamos qué es la discapacidad y qué tipos de discapacidades existen.

 

Nueva llamada a la acción

 

¿Qué es la discapacidad según la OMS?

 

La propia definición de la OMS de la discapacidad ya se refiere a una comprensión heterogénea y amplia de este concepto, que apunta directamente a que se debe reconocer que existen diferentes tipos de discapacidad.

En este informe sobre discapacidad elaborado por el Secretariado de la OMS en 2021, se define la discapacidad del siguiente modo:

 

“La discapacidad no es un concepto puramente biológico ni una construcción social, sino el resultado de la interacción entre condiciones de salud y factores ambientales y personales (OMS, 2001). La discapacidad puede manifestarse en tres niveles: una deficiencia en la función o estructura corporal; una limitación en la actividad (...); y una restricción en la participación, como la exclusión de la escuela o el trabajo.

Por lo tanto, las personas con discapacidad incluyen tanto a quienes tradicionalmente se consideran con discapacidad (como usuarios de sillas de ruedas, personas ciegas o sordas, o con discapacidades intelectuales) como a aquellas que experimentan dificultades en su funcionamiento debido a una amplia variedad de condiciones de salud (...)”

 

Atendiendo a esta definición y según datos de la propia OMS, más de 1.300 millones de personas en el mundo tienen algún tipo de discapacidad, es decir, el equivalente al 16% de la sociedad.

Un número que va en aumento debido, entre otras causas, al envejecimiento de la población y que hace que, también según la propia OMS, se deba entender como probable que casi todas las personas vayan a tener alguna forma de discapacidad (temporal o permanente, reconocida o no) en algún momento de su vida. 

 

¿Cuáles son los tipos de discapacidad según la OMS?

 

A continuación describimos los tipos de discapacidad en base a la Clasificación Internacional del Funcionamiento, de la Discapacidad y de la Salud (CIF), aprobada en el año 2001 por los 191 países que integran la OMS.


1. Discapacidad física

La discapacidad física es aquella que reduce la capacidad de movimiento de las personas, de coordinación o de control del cuerpo. Puede ser congénita o sobrevenida. Dentro de este tipo de discapacidad, existe una amplia variedad de discapacidades. Por ello, se diferencia entre: 

 

  • Discapacidad motora o funcional: alteraciones que dificultan el movimiento y que están vinculadas al sistema neuromuscular y/o esquelético.

  • Discapacidad orgánica: discapacidades que afectan a órganos internos (sistema digestivo, metabólico, endocrino, respiratorio, excretor, circulatorio, etc).

 

Como en todos los tipos de discapacidades, la discapacidad física puede ser de diversos grados, según su levedad o gravedad.

 

2. Discapacidad sensorial

Este tipo de discapacidad hace referencia a las personas con limitaciones en uno o varios de sus sentidos. Las formas más comunes son la discapacidad visual (ceguera o baja visión) y la discapacidad auditiva (sordera o pérdida auditiva parcial).

 

3. Discapacidad intelectual

La discapacidad intelectual es aquella que provoca que las personas presenten una serie de limitaciones a la hora de adquirir las habilidades diarias que sirven para responder a distintas situaciones en la vida, para comprenderlas y para comunicarse con los demás. 

A su vez, la discapacidad intelectual puede ser:

 

  • Inteligencia límite: se trata de personas capaces de formarse y tener actividad profesional, aunque su aprendizaje requiere de apoyos especiales.

  • Retraso mental leve o ligero: con terapia y los apoyos adecuados pueden llegar a tener cierto grado de autonomía.

  • Retraso mental moderado: casi siempre presentan daños a nivel neurológico, habilidades motoras reducidas y poca o nula comprensión lectora y numérica.

  • Retraso mental grave o profundo: suele aparecer acompañada de problemas neurológicos y motores. La capacidad comunicativa puede llegar a ser inexistente o muy limitada.

 

La discapacidad intelectual es irreversible pero, con los apoyos correctos, las personas con discapacidad intelectual pueden progresar y lograr muchos objetivos, así como mejorar su calidad de vida.

 

4. Discapacidad psíquica

Se relaciona con el comportamiento del individuo o con alteraciones de tipo emocional o cognitivo. Está ligada a las enfermedades relacionadas con salud mental como, por ejemplo, bipolaridad, esquizofrenia, depresión, trastornos del pánico o trastornos del espectro autista (TEA). 

Aunque, en ocasiones, una persona puede presentar discapacidad psíquica y también intelectual, no siempre están asociadas.

 

El impacto de los tipos de discapacidad en la inclusión social y la labor de FUNDACIÓN JUAN XXIII

 

Como hemos adelantado más arriba, conocer los diferentes tipos de discapacidad es un primer paso para fomentar modelos sociales más justos e igualitarios. En este sentido, la inclusión social debe basarse en que todas las personas con discapacidad presentan diferentes capacidades y limitaciones.

En FUNDACIÓN JUAN XXIII trabajamos para fomentar la inclusión de personas con todo tipo de discapacidades, centrando nuestros esfuerzos en los servicios de apoyo para personas con discapacidad intelectual, por sus especiales necesidades y las mayores barreras que encuentran para su inclusión.

Para ello, trabajamos en tres áreas:

 

  • La atención directa. En nuestro Centro de Día y nuestro Centro Ocupacional, ofrecemos atención directa a personas con grandes necesidades de apoyo o discapacidad moderada (respectivamente) para que mejoren sus habilidades sociales, su autonomía personal y su calidad de vida. Además, el Centro Ocupacional también permite mejorar sus habilidades sociolaborales para facilitar la incorporación al mercado laboral.

  • La formación orientada al empleo. Ofrecemos formación especializada a personas con discapacidad intelectual y/o enfermedad mental para mejorar su empleabilidad. Todos nuestros cursos son gratuitos para los alumnos, gracias a la colaboración de nuestras empresas patrocinadoras.

  • La creación de empleo protegido. Contamos con un Centro Especial de Empleo que ofrece multitud de servicios a las empresas, permitiendo así que estas cumplan con la Ley General de Discapacidad. Además de crear empleo para personas con discapacidad (que conforman más del 70% de nuestra plantilla) los beneficios de este centro se revierten de forma directa en la misión de la Fundación.

 

Iniciativas como la Ley General de Discapacidad están permitiendo avanzar hacia la inclusión verdadera, fomentando la colaboración entre empresas y organizaciones como FUNDACIÓN JUAN XXIII y sentando las bases del cambio, persona a persona.

Ahora que ya sabes más sobre los diferentes tipos de discapacidad, ¿quieres saber cómo cumplir con la LGD (antigua LISMI) en tu empresa? Consulta nuestra página sobre la Ley General de Discapacidad o descarga nuestra guía completa para la aplicación de la LGD en tu empresa, y cómo en FUNDACIÓN JUAN XXIII te acompañamos en el proceso.

 

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