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¿Por qué evitar la sobreprotección de las personas con discapacidad?

Escrito por Fundación Juan XXIII | 4/07/22 8:00

La sobreprotección de las personas con discapacidad es una conducta habitual, e incluso se percibe positivamente en muchas ocasiones. Como sociedad, sentimos que tenemos que ayudar a las personas que percibimos que tienen más dificultades. Pero, a veces, el apoyo y la ayuda se convierten en un blindaje que acaba por perjudicar a la persona con discapacidad.

 

La conducta de sobreprotección también puede partir de los padres o madres. Se trata de algo natural: quieren lo mejor para sus hijos y, por eso, tratan de evitar todo aquello que consideran perjudicial para ellos. Sin embargo, en ese intento de evitar situaciones negativas, los están limitando y están perjudicando su desarrollo. Y es que, efectivamente, la sobreprotección impide la inclusión.

Consecuencias de la sobreprotección de las personas con discapacidad

 

Independientemente del tipo de discapacidad (motora, sensorial, intelectual…) que manifieste una persona, debemos intentar no caer en la sobreprotección, ya que puede acarrear consecuencias como:

 

  • Menoscaba la autoestima de las personas con discapacidad.

  • La sobreprotección evita que las personas con discapacidad puedan descubrir todo lo que pueden llegar a hacer. Es decir, las autolimita.

  • Hace que sean más dependientes y, por tanto, menos libres.

  • Dificulta la socialización, lo que hace que sean más vulnerables ante el acoso.

  • Crea frustración, lo que puede dar lugar a agresividad o a sentimientos de inferioridad.

  • Genera miedo y ansiedad ante muchas situaciones.

  • No se trabaja la atención o la responsabilidad, de modo que se genera una despreocupación de sus responsabilidades.

  • Puede generar timidez.


Evidentemente, hay personas que necesitan más apoyos que otras; y algunas siempre necesitarán apoyos en muchos aspectos de su vida. Pero, con constancia y esfuerzo, todas las personas pueden desarrollar habilidades adaptativas y lograr metas que no creíamos posibles.

 

¿Proteger o sobreproteger? Cómo apoyar a las personas con discapacidad

 

Las personas con discapacidad, necesitan sentirse protegidas y queridas para sentirse seguras, pero también deben aprender, dentro de sus posibilidades, a solucionar problemas, además de adaptarse a los cambios y a la sociedad. Es decir, se pueden, y se deben, ofrecer apoyos y ayuda a las personas con discapacidad, pero sin construir una burbuja a su alrededor que las limite.

Así, las personas con discapacidad deben gozar del mayor grado posible de autonomía personal, probando, experimentando y, por tanto, también equivocándose.

Algunas de las directrices que podemos seguir para evitar sobreproteger a personas con discapacidad son:

 

  • No dar por sentado que necesitan ayuda en todo. En muchas ocasiones, antes de ayudar podemos pararnos a observar o, si tenemos dudas, preguntar.

  • No infantilizar a las personas con discapacidad intelectual cuando son adultas.

  • No dar por sentado que algo no se puede hacer cuando no sale a la primera. A veces es necesario intentarlo varias veces. Equivocarse es parte del aprendizaje de todas las personas.

  • No forzar: estimular y exigir un esfuerzo que sea razonable.

  • Ser claro con las normas y con lo que se permite y lo que no.

  • Potenciar la creatividad y la búsqueda de alternativas.

  • Poner límites, pero dando espacio suficiente.

  • Interiorizar que es normal que las personas con discapacidad, como cualquier otra persona, se sientan a veces frustradas, enfadadas, agobiadas o tristes: las sensaciones negativas son parte de la vida de todas las personas y es necesario experimentarlas y aprender a gestionarlas.


 

Iniciativas para fomentar la autonomía de las personas con discapacidad

 

Desde FUNDACIÓN JUAN XXIII trabajamos diariamente para mejorar la autonomía personal de las personas con discapacidad mediante una atención individualizada y especializada que trabaja con distintos programas de intervención, en función de la intensidad necesaria de los apoyos, desde personas con grandes necesidades de apoyo (Centro de Día) a persona con intensidades moderadas y ligeras (Centro Ocupacional y Centro Especial de Empleo),

 

Estas son algunas de nuestras iniciativas:

 

  • Actividades para fomentar actividades motrices adaptadas a las necesidades y capacidades de cada persona.

  • Fomento de la inclusión laboral desde nuestro Centro Especial de Empleo y, por tanto, de la autonomía personal también en el plano económico.

  • Oficina de Vida Independiente. El objetivo de este servicio del Ayuntamiento de Madrid, desarrollado por FUNDACIÓN JUAN XXIII, es prestar apoyos a personas con discapacidad intelectual para que puedan llevar una vida independiente, dotándolas de recursos, habilidades y capacidades que complementen los que ya poseen, mediante información, orientación y apoyos personalizados.

  • Programa en un piso formativo, en el que se ponen en práctica habilidades para fomentar la autonomía en tareas de la vida cotidiana, como el aseo, cuidar la ropa, preparar y conservar alimentos, utilizar el transporte público o limpiar la casa.

  • Servicio de ocio, en el que las personas con discapacidad se implican a la hora de proponer y organizar actividades y viajes, en función de sus vínculos de amistad, intereses y aficiones.

  • Programas de transición a la vida adulta que ofrecen una respuesta educativa que se basa en la organización, desarrollo y puesta en práctica de contenidos formativos. 

 

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