Los valores de una empresa, junto con la misión y visión del negocio, deben guiar sus acciones, marcar la cultura empresarial y determinar la personalidad de la compañía. En otras palabras, pueden definirse como las actuaciones, costumbres, comportamientos, pensamientos y conceptos que una empresa asume y determina como principios de conducta.
Pero lo que parece fácil sobre el papel, no siempre es fácil de materializar en el día a día de una empresa. Así, si no se trabajan los valores, cada departamento de la empresa o cada trabajador tomará su propio rumbo.
Si quieres tener una cultura organizacional cohesionada y fuerte y una plantilla que comparta los valores de tu empresa, no basta con recogerlos en un papel: hay que ponerlos en práctica, con actividades o acciones alineadas con ellos. ¿Necesitas algunas ideas?
Antes de poner en práctica los valores de la empresa es necesario que estén correctamente definidos. Los valores deben ser definibles, significativos, escogidos entre más de una persona, percibidos positivamente, coherentes y bien comunicados.
No hay un esquema ni una guía concreta que indique qué valores debe tener tu negocio, porque esto es algo que fijan las empresas (en colaboración de los trabajadores, en ocasiones), teniendo en cuenta todo lo que te hemos dicho. Algunos ejemplos de valores de una empresa pueden ser: transparencia, responsabilidad social, ecologismo, igualdad, escucha o lealtad.
Hay una gran cantidad de valores que puede asumir una empresa, por lo que es necesario inicialmente trabajar los que más la identifican, pero también los que distingan al negocio.
Una vez fijados los valores de la empresa, llega el momento de transmitirlos a la plantilla y de demostrarlos mediante acciones palpables.
Si quieres que los valores de la empresa no sean papel mojado, tienes que ponerlos en práctica. Aquí te dejamos algunas ideas, ¡aunque pueden ser muchas más! Todo depende de cuáles sean los valores que quieres transmitir.
El voluntariado es un conjunto de actividades que promueve o apoya la empresa para motivar la participación libre y desinteresada de sus empleados en actividades en favor de la sociedad.
Con ello, se busca un cambio real, a la vez que se favorece una sensibilización y concienciación social y se refuerzan los lazos entre el equipo. Hay muchos tipos de voluntariado corporativo (también voluntariado online) y muchos valores diferentes que se pueden abordar, más allá del compromiso social intrínseco a todos ellos.
Para no correr el riesgo de olvidar los valores de la empresa, conviene elaborar un plan de voluntariado corporativo que los recoja y marque la ruta a seguir.
Mediante las políticas de transparencia, la empresa se compromete a mantener una comunicación interna continua en todos los aspectos, con una buena gestión de las crisis e información a los empleados en todo momento.
La información de la empresa puede ser consultada en todo momento por los sujetos afectados por ella, para generar más confianza en la plantilla y para que se puedan tomar decisiones con conocimiento de causa.
También pueden establecerse políticas de transparencia hacia los consumidores, informando claramente sobre proveedores, orígenes de las materias primas, márgenes de beneficios, condiciones de los empleados, impacto medioambiental, etc.
Aunque la no discriminación debería formar parte de las acciones de toda empresa, puede ser necesario definir unas pautas para prevenir actos discriminatorios, favorecer la diversidad, la inclusión y la igualdad de oportunidades.
Puede ser interesante establecer y comunicar esta política adecuadamente a todos los empleados y ponerla en práctica en todas los procesos de la empresa (por ejemplo, también en los de contratación), siendo coherentes con ella.
Por ejemplo, puedes establecer protocolos de ahorro energético, apostar por el autoconsumo, reducir el consumo de papel en la oficina, fomentar el transporte público entre los empleados, reducir los viajes de empresa o evitar el desperdicio de los recursos hídricos.
Una de las mejores formas de demostrar que te importan las personas y de conseguir cambios reales y duraderos es con el patrocinio de proyectos sociales. Este tipo de patrocinios consisten en una alianza con una entidad del Tercer Sector para que esta, con su experiencia, lleve a cabo acciones que transformen la sociedad y la vida de las personas.
En FUNDACIÓN JUAN XXIII tenemos muchos proyectos sociales a la espera de patrocinio. Con los patrocinios se llevan a cabo acciones concretas y definidas en nuestro Centro de Día, Centro Ocupacional y Centro de Formación (el único en España que imparte formación gratuita, adaptada, teórico-práctica y certificada). Todos nuestros proyectos tienen el objetivo de mejorar la calidad de vida de personas en situación de vulnerabilidad psicosocial: becas de atención, salas de estimulación, cursos de formación, proyectos para la inserción laboral...
Una de las principales ventajas del patrocinio de proyectos sociales es su persistencia en el tiempo: el efecto positivo perdura y permite que los trabajadores conozcan más a fondo el proyecto, se impliquen y se empapen de los valores. Por eso, facilitamos el seguimiento continuo y elaboramos una memoria final del proyecto para que las empresas patrocinadoras y sus empleados sean conscientes de lo que se ha conseguido, gracias a su colaboración.
Además, el patrocinio de proyectos sociales para la inclusión es una de las Medidas Alternativas que permiten a las empresas cumplir con la Ley General de Discapacidad y tiene incentivos fiscales.
Si quieres conocer más proyectos y ayudar a que se hagan realidad, no dudes en contactarnos. El compromiso de tu empresa puede transformar la vida de muchas personas.