Dentro de un plan estratégico de RSC, una de las partes más importantes es el plan de acción o, en otras palabras, la programación de las actividades que se llevarán a cabo dentro de este marco.
Tras realizar un diagnóstico de la empresa, marcar los objetivos que se desean conseguir, visualizar las líneas de acción y establecer prioridades, es el momento de desgranar el conjunto de acciones o actividades concretas que se van a poner en marcha.
Las actividades del plan estratégico de RSC deben ir alineadas con las líneas que marca el programa, de modo que se cumplan los objetivos prioritarios. Por ejemplo, para algunas empresas, la prioridad será centrarse en el bienestar de los empleados; para otras, será prioritario cumplir los objetivos medioambientales o revertir parte de sus beneficios en el entorno social en el que desarrollan su actividad.
Como explicamos cuando repasamos las principales áreas de la Responsabilidad Social Empresarial, algunos de los campos que se pueden abordar son:
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Derechos humanos.
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Normas y condiciones laborales.
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Medioambiente.
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Intereses de los consumidores.
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Lucha contra el fraude.
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1. Patrocinios de proyectos sociales
Los patrocinios consisten en efectuar una donación altruista con el objetivo de financiar un proyecto social en concreto, que normalmente será desarrollado por una entidad sin ánimo de lucro. De este modo, se deja el ‘savoir faire’ en manos de entidades del Tercer Sector que ya tienen experiencia en esos ámbitos, para evitar actuaciones inexpertas que lastren el proyecto.
Además, la fórmula de los patrocinios ayuda a dar continuidad a los proyectos, dado que pueden colaborar en ellos varias empresas a la vez, o consecutivamente, para que no falten los recursos necesarios y para que el proyecto pueda mantenerse durante un plazo suficientemente largo, de modo que los resultados sean significativos.
Si crees que esta acción puede encajar con el plan estratégico de RSC de tu empresa, te animamos a que conozcas más sobre los proyectos que desde FUNDACIÓN JUAN XXIII llevamos a cabo, y que tu empresa puede ayudar a patrocinar. En este post repasamos algunos de ellos, pero hay muchos más, todos ellos destinados a mejorar la formación, la inclusión laboral y la calidad de vida de personas en situación de vulnerabilidad psicosocial.
Además, también puedes patrocinar una sala de la Fundación, ayudando a que sigan activos nuestros espacios que albergan talleres, clases de informática, sesiones de estimulación sensorial, una radio, eventos, etc. Gracias a la aportación de nuestros patronos, las salas siguen dando cabida a toda clase de actividades para mejorar la vida de muchas personas. Por otro lado, la sala lucirá el nombre de la empresa, vinculando su imagen corporativa a la ayuda que aporta al proyecto.
Para mejorar los resultados en el plano de la RSC y que los empleados conozcan todo lo que se ha conseguido, en FUNDACIÓN JUAN XXIII facilitamos el seguimiento continuo y elaboramos una memoria final del proyecto.
Por último, debes tener en cuenta que los patrocinios y donaciones a entidades que trabajan por la inclusión laboral de personas con discapacidad tienen beneficios fiscales y además permiten a las empresas cumplir con la Ley General de Discapacidad, si están en posesión de un Certificado de Excepcionalidad.
2. Voluntariado corporativo
El voluntariado corporativo es una acción de RSC que tiene un claro objetivo doble: por un lado, crea un impacto positivo en la sociedad y, por otro, es particularmente efectivo a la hora de mejorar la colaboración, el sentimiento de pertenencia y la convivencia entre los trabajadores de la empresa.
En este post repasamos cómo hacer un programa de voluntariado corporativo, paso a paso, pero si necesitas ayuda, también puedes confiar en los nuestro servicio de soluciones de Responsabilidad Corporativa, que puede organizar y programar jornadas a la medida de cada compañía, adaptándolas al programa de RSC de esta y de acuerdo a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
3. Compra responsable
La compra responsable no es tanto una acción como una política, que a su vez puede incluir cientos de acciones. Es decir, es una medida transversal que consiste en aplicar criterios sociales y medioambientales en todas las compras de la empresa y las contrataciones de proveedores.
De este modo, se trata de apostar por comprar productos con menor huella ambiental o a proveedores que aporten valor social, como cooperativas de productores locales, empresas de Economía Social y Centros Especiales de Empleo.
4. Plan de empresa saludable
Otra acción que cada vez capta más protagonismo dentro de los planes estratégicos de RSC es la elaboración de un plan de empresa saludable.
Las ventajas de convertirse en una empresa saludable son muchas, entre las que podemos destacar:
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La salud personal no se puede desvincular de la salud laboral, así que las personas más sanas son también empleados más sanos, más productivos y con más ganas de adaptarse a los cambios.
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Aumenta la motivación de los empleados y su compromiso.
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Mejora la imagen de la compañía.
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Permite alcanzar certificaciones como la ISO 45001 de Seguridad y Salud en el trabajo, la adhesión a la Declaración de Luxemburgo sobre promoción de la salud en el lugar de trabajo u otras certificaciones de empresa saludable.
5. Campañas de sensibilización y concienciación
Sensibilizar y concienciar a la plantilla sobre la importancia de la diversidad es el primer paso hacia la inclusión y hacia la construcción de un ambiente de trabajo respetuoso, en el que se sientan cómodas todas las personas.
Los talleres de sensibilización y concienciación sobre diversas temáticas empujan a los trabajadores a la labor conjunta de reflexionar, trabajar la empatía y aprender a reconocer sesgos inconscientes que pueden estar aplicando en su día a día.
